Hace un año que abrió sus puertas la biofábrica de Bioline Iberia, fruto de la alianza entre Biocolor y Bioline Agrosciences, en Santa María del Águila, El Ejido; un proyecto innovador y tecnológico en más de 4.000 metros cuadrados para albergar las biosoluciones de vanguardia que el campo necesita.

Para su directora general, María José Pardo, una de las causas principales del éxito en recorrer este primer año ha sido “contar con un equipo joven, dinámico y con mucha ilusión por llevar hasta los agricultores y clientes de Bioline Iberia los últimos avances en control biológico y conseguir una producción local de depredadores en la lucha biológica muy importantes para el mercado de la Península”. 

Otro éxito importante en este intenso recorrido de un año ha sido haber implantado en sus programas de producción integrada algunas novedades con auxiliares como Trichogramma achaeae para el control de Tuta Absoluta en tomate, donde Bioline Iberia es líder mundial en su producción. 

"Como novedades, Bioline Iberia dispone de sistemas de suelta novedosos como es el caso de los blister para la salida controlada de parásitos y depredadores así como diferentes formatos para Swirskii como el bugline y sobres de stick. 

Por último, sin lugar a dudas, lo que ha marcado la seña de identidad de Bioline Iberia ha sido su centro de formación Bioline Academý, por el que han pasado centenares de agricultores y técnicos que han conocido de primera mano, y en la propia biofábrica las últimas novedades y biotecnología de la empresa, y que, en estos tiempos de confinamiento por causa de la crisis del COVID-19, ha seguido llegando a ellos través de breves videos formativos.