Para rentabilizar la inversión que supone la implantación de un cultivo hidropónico, es imprescindible que el productor controle todos los parámetros de cultivo y así obtener los mayores beneficios y resultados productivos. Entre ellos, establecer una buena estrategia de riego supone de vital importancia para realizar un manejo adecuado de la zona radicular. Esto permitirá al productor controlar y establecer el contenido volumétrico y la conductividad eléctrica de la placa de fibra de coco y conseguir el medio de desarrollo ideal para la planta.

En términos generales, la programación del riego estará determinada por factores que marcan el inicio y el final de la actividad de la planta, como la temperatura, la humedad y la radiación. También, las características físicas y el volumen del sustrato, y el caudal y número de goteros por placa son factores que considerar para definir una buena estrategia. Conociendo el intervalo óptimo de humedad del sustrato, el productor será capaz de reconducir el cultivo de tomate hacia una dirección vegetativa o generativa sin causar alteraciones irreversibles en la funcionalidad radicular y, por tanto, obtener un alto rendimiento productivo y calidad del fruto.

En Projar llevan más de 20 años asesorando al productor en proyectos de hidroponía hortícola. Ser productores de fibra de coco les permite conocer bien las características de esta materia prima y diseñar composiciones que respondan a las exigencias de la planta de tomate. Además, el productor recibe asesoramiento técnico en el manejo del cultivo para conseguir resultados óptimos en rendimiento y calidad.