La presencia de las mismas en el medio rural es vital para potenciar la economía local y, en la mayoría de municipios donde están asentadas, representan el sustento de un alto porcentaje de la población.

La cooperativa de segundo grado Anecoop avanza en el término cooperativo e integra el concepto ‘sostenibilidad’ en su modelo de gestión. Sus principios se fundamentan en una sociedad cada vez más concienciada con el respeto al medio ambiente, que apuesta por una alimentación saludable con todas las garantías de seguridad y por productos que hayan sido cultivados o elaborados de forma respetuosa con el entorno y que se preocupa por mejorar la calidad de vida de sus integrantes. Mejorar la renta de los cerca de 25.000 agricultores que pertenecen a sus entidades asociadas, y garantizar la continuidad de su actividad, constituyen los ejes de su trabajo diario.

Todos estos valores están representados en su marca Bouquet y constituyen los pilares en torno a los cuales gira su política de Responsabilidad Social Corporativa ‘Cultivamos Futuro’. La cooperativa centra su trabajo en un conjunto de proyectos orientados a adaptar la actividad agrícola a los cambios que exige la situación actual: tendencias de consumo, cambio climático, seguridad alimentaria, optimización de recursos…

Dentro de la campaña ‘Raciones de Vida para el Campo’, que la cooperativa lanzó a finales de abril coincidiendo con el arranque de la temporada de uno de sus productos más emblemáticos, la sandía sin pepitas Bouquet, Anecoop trabaja sobre la base de un conjunto de proyectos de innovación con los que pretende conseguir un futuro para el medio rural lo más estable, consolidado y adaptado posible a los nuevos tiempos.

Estos proyectos comparten unos objetivos comunes orientados a hacer de la agricultura un sector sostenible: potenciar la cooperación como fórmula de competitividad y desarrollo local, fijar la población en las zonas rurales, limitar el abandono de tierras de cultivo, facilitar el relevo generacional, incorporar los avances tecnológicos a la producción o adaptar su producción al cambio climático, son solo algunos de ellos.

Con el objetivo de proteger el medio ambiente, sus investigaciones se enfocan hacia la optimización de recursos en la agricultura, minimizando el uso de insumos o mejorando el aprovechamiento de aguas; la búsqueda de una agricultura más limpia, reduciendo el uso del plástico y apostando por materiales biodegradables y compostables y la implementación de la agricultura convencional certificada, gracias a su certificación propia, ‘naturane’, que garantiza al consumidor un producto seguro y respetuoso con el medio ambiente, así como de sistemas de cultivo alternativos como el ‘residuo cero’, que en la Región de Murcia cultivan sus cooperativas socias Alimer, Agroter y Frucimu, o la agricultura ecológica, para lo que cuenta con la empresa Toñifruit, especializada en cítricos y frutas bio, además de las producciones de Alimer, Frucimu y Hortamira.

Como conclusión, la cooperativa de segundo grado resalta que son dos los aspectos decisivos en su política de sostenibilidad medioambiental: por un lado, el estudio de nuevos cultivos que se adapten a lo que demanda el consumidor y que garanticen la rentabilidad al producto, implementando nuevas estrategias en variedades y sistemas de producción más acordes a las condiciones agroclimáticas del futuro próximo, y por otro, la gestión adecuada de las tierras con el fin de solucionar el problema del abandono de las mismas por falta de rentabilidad, una realidad que incide desfavorablemente en el desarrollo de una agricultura sostenible y moderna, que asegure la conservación de los recursos naturales.

Mundo rural y sostenibilidad solo pueden caminar de la mano. Son la base del futuro de la agricultura en el territorio nacional y tienen en Anecoop su principal aliado.

Rafa Villegas