¿Cómo se inicia la labor de producción de los insectos y ácaros?

La iniciamos con individuos que se seleccionan de forma manual bajo la supervisión de nuestros técnicos, quienes van escogiendo los individuos con los mejores atributos. Recientemente, en esta selección, tenemos muy en cuenta a los protocolos de cría del sello CART implantado por Bioline Iberia.

¿Qué supone este sello CART?

Es un sello acreditador de las buenas prácticas medioambientales de la empresa. Implica una adaptación tecnológica de las biosoluciones que ofrecemos. Por lo que se refiere a la producción y cría, buscamos ofrecer organismos con una mejor adaptación al cambio climático, pero ‘tecnología que protege’ que Bioline ha implantado bajo el sello CART afecta a todos los departamentos de la empresa.

En líneas generales, ¿qué factores son fundamentales en el proceso de producción?

Hay varios factores a la hora de producir que son muy importantes. Uno de ellos es tener un control exhaustivo de las condiciones de cría. Otro elemento clave es lograr un buen equilibrio entre la dinámica de población del ácaro depredador y la del ácaro presa. No hay que olvidar que estamos trabajando con seres vivos y muchas veces son imprevisibles. Trabajamos siguiendo estrictos protocolos para tener una producción lo más estable posible. De esta forma, cuando se termina el periodo de cría, tras estimar el periodo de maduración óptimo y de acuerdo a las condiciones medioambientales locales, se formulan los individuos de los diferentes componentes del sobre. Eso sería lo que conforma la ‘tecnología que protege’. Es fruto de la formulación de los ácaros que producimos y los sobres de suelta controlada.

La biofábrica de Bioline en Almería lleva algo más de año y medio funcionando, ¿qué ventajas ha supuesto para la agricultura local?

Con nuevas instalaciones, todos esos factores claves en la producción que mencionaba son más fáciles de controlar. Bioline Iberia puede optimizar la cría y ser más eficiente a la hora de desarrollar ácaros para que estén disponibles para los productores agrícolas, de forma más fresca e inmediata. En definitiva, la biofábrica en Almería nos acerca a la voz de los agricultores. Trabajamos para ellos e intentamos responder a sus demandas y poner a su disposición toda la innovación y tecnologías a la hora de la suelta en campo. Las plagas también se van adaptando a esos factores de cambio climático y nosotros, como productores de fauna auxiliar, tenemos que crear nuevas tecnologías que protejan el cultivo de forma sostenible, bien a través de insectos con determinados comportamientos o con la introducción de materiales en un formato más sostenible. Esto es lo que defendemos y lo que estamos implementando bajo el sello CART.

Almudena Fernández