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Producción agrícola y seguridad alimentaria

Producción agrícola  y seguridad  alimentaria
Luis Trillo, ingeniero agrícola, asegura que la sostenibilidad y seguridad alimentaria son dos conceptos que van de la mano, una producción agrícola sostenible genera un impacto menor sobre el ecosistema, al igual que una producción agrícola segura (desde el punto de vista de la seguridad alimentaria) produce alimentos minimizando el uso de fitosanitarios lo cual repercute también en un menor impacto sobre el medio ambiente.

Desde hace ya un tiempo es común escuchar en el sector agrícola conceptos como LMR, residuos, seguridad alimentaria, sostenibilidad, etc. Cada vez es más común que nuestros agricultores nos hablen de número de materias activas permitidas por su comercializadora o de no superar el LMR. Todo esto va claramente enfocado a dos conceptos claves: seguridad alimentaria y sostenibilidad. Conceptos que ya son exigibles y fundamentales para que la comercialización de nuestros productos hortofrutícolas sea un hecho.

Sostenibilidad y seguridad alimentaria son dos conceptos que van de la mano, una producción agrícola sostenible genera un impacto menor sobre el ecosistema, al igual que una producción agrícola segura (desde el punto de vista de la seguridad alimentaria) produce alimentos minimizando el uso de fitosanitarios lo cual repercute también en un menor impacto sobre el medio ambiente y en consecuencia lo hace favorablemente en la salud del consumidor. Tomando como base las estadísticas de la campaña anterior que me ha facilitado Francisco Garrido, director del laboratorio Labcolor de Coexphal, se puede corroborar esta tendencia: Cada año lo hacemos mejor, cada año nuestros productos son más seguros. Según los datos y haciendo un tratamiento estadístico de los mismos se puede extraer que un 48% de las analíticas realizadas (5387 sobre las 11251 totales) no presenta ningún plaguicida, y que el 52% presenta algún plaguicida (5864 sobre las 11251 totales). Aunque se pueda creer que estos datos son preocupantes la realidad es la contraria.

De los 11251 análisis realizados en los distintos cultivos en sólo 89 analíticas (el 0,79% del total realizadas) se ha detectado una superación del valor del límite máximo de residuos (LMR). Esto indica que estamos concienciados y somos un referente en producción y seguridad alimentaria, lo que queda reflejado en el siguiente dato: Una de la exigencia más común del supermercado es no superar el 50% del LMR (la mitad de lo que exige la legislación actual), únicamente el 2,98% de las analíticas realizadas no cumplen con este requisito lo que es un indicador del excelente trabajo y compromiso de nuestro sector. Para quien sea ajeno al sector puedo reflejar la siguiente cifra: “El 99,21% de los resultados obtenidos cumplen con la legislación y con la normativa exigida en relación a calidad y seguridad alimentaria” También es de justicia reflejar que un 0,79% no cumple la legislación vigente, pero esto también tiene una explicación: En las empresas se establecen unos sistemas de gestión de la calidad (SGC) que velan por el cumplimiento de la legislación y de la seguridad alimentaria.

Es común realizar “exámenes” a los productores para verificar que se cumplen las normas. De ahí este dato. Los sistemas de autocontrol (Sistema APPCC: análisis de peligros y puntos de control críticos) integrados en los SGC establecen analíticas rutinarias para controles rutinarios de fitosanitarios en producción. La mayoría de estos incumplimientos se da en producto que no ha sido recolectado ni va a ponerse en mercado. Es cierto que se realizan y se seguirán realizando tratamientos fitosanitarios en los cultivos, es una de las formas de protección de los cultivos. Las enfermedades y plagas que aparecen cada año hay que solventarlas ya que uno de los fines del sector es la obtención de beneficios económicos. También es cierto que estos tratamientos fitosanitarios van en disminución. Cada año se buscan variedades resistentes/tolerantes a enfermedades y nos apoyamos en el control bilógico de plagas. Conjuntamente se mejoran las estructuras de los invernaderos. Todo este conjunto de acciones implica una disminución del uso de fitosanitarios en aras de la sostenibilidad y seguridad alimentaria impuestas por el sector.

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