El control de los patógenos de suelo en los sistemas de producción intensiva no es una práctica nada sencilla. Las estrategias de control tradicionalmente recomendadas en determinados cultivos, como la rotación, son de difícil aplicación en el sistema de producción del cultivo de invernadero, por su alto grado de especialización, a nivel de zona, en la oferta comercial. La desinfección con productos químicos y no químicos es en la actualidad, la práctica más habitual de control de las patologías del suelo en la mayoría de cultivos hortícolas.

Estas prácticas son eficaces cuando se realizan de forma adecuada, permitiendo la eliminación total o parcial de los patógenos del medio hasta unos 35 cm de profundidad. La eficacia puede quedar en entredicho al considerar la durabilidad del proceso: la dinámica de reiteración, campaña tras campaña, del uso determinados desinfectantes químicos del suelo, ha desencadenado su prohibición.

La fecha de eliminación del bromuro de metilo en 2005, debido a las consecuencias dañinas que causaba sobre la capa de ozono, trajo consigo una de las mayores crisis en la agricultura intensiva. Muchos otros fumigantes (algunos de antiguo uso) fueron de nuevo reevaluados. Estos incluían el metam sodio, la cloropicrina y el dicloropropeno. Sin embargo, el 3 de junio de 2019 se prohibió el registro fitosanitario del Metam Sodio, sustancia utilizada para tratamientos de desinfección de suelos frente a hongos, bacterias, insectos, nematodos, etc., en semilleros y distintos cultivos, entre ellos los hortícolas. Este producto ha sido retirado del mercado por ser carcinogénico, corrosivo, peligroso para el medio ambiente y tóxico para la salud.

Los productos fitosanitarios formulados a base de 1,3 dicloropropeno (DDP) se han perfilado junto con la cloropicrina como los únicos sustitutos eficaces para su uso en la desinfección de suelos. El 1,3 dicloropropeno presenta efecto insecticida/nematicida y la cloropicrina fungicida/ herbicida, aunque su uso se encuentra restringido desde junio de 2013, salvo autorizaciones excepcionales en determinados territorios y con ciertas particularidades respecto a su aplicación: solo pueden utilizarse previos a la siembra o trasplante y dentro del periodo autorizado para su uso, por personas inscritas en el Registro Oficial de Operadores y Productores (ROPO) y con carné de fumigador profesional en vigor; con una única aplicación cada 2 años, sin superar las dosis máximas correspondientes a cada formulación y teniendo en cuenta el uso o no de plásticos impermeables para el sellado del terreno; comunicando previamente a los órganos competentes de las CCAA los recintos SIGPAC que van a ser fumigados, para que puedan establecer un plan de inspección, vigilancia y control; y disponer de un informe elaborado por un asesor en gestión integrada de plagas en el que se incluya el boletín de análisis que justifica la presencia de los organismos nocivos que motivan la aplicación.

Estas prohibiciones y restricciones, suponen un desafío para los agricultores, teniendo que adaptar su manejo con nuevas estrategias de desinfección de suelos. Además de las alternativas químicas, muchas otras han sido y están siendo evaluadas, incluyendo la solarización, sola o combinada con otros métodos de control de patógenos del suelo.

Cultifort dispone de una solución de desinfección de suelos limpia y saludable, libre de residuos, respetuosa con el medio ambiente y no tóxica ni corrosiva. Se trata de la aplicación combinada de dos productos: OXIFORT y CULTISOL.

OXIFORT es una formulación sólida de gránulo fino que al diluirla en agua desprende oxígeno de forma lenta, continuada y gradual, durante un plazo de 7-10 días, mejorando la circulación del aire y el agua, facilitando el desarrollo del sistema radicular y el de la planta. Además de mejorar la estructura del suelo, aumentando la porosidad y aportando esponjosidad, OXIFORT detiene los procesos de asfixia radicular y actúa como desinfectante sobre el posterior desarrollo de enfermedades relacionadas con ella, como ciertas pudriciones causadas por microorganismos patógenos de suelo (hongos y bacterias), facilitando así el establecimiento de flora aeróbica beneficiosa, que va a contribuir positivamente en la transformación de nutrientes y en su asimilación por vía radicular. Todo esto repercute en los procesos de nitrificación, lo que implica un aumento en el rendimiento de los fertilizantes nitrogenados.

CULTISOL es un formulado líquido de ácidos carboxílicos de cadena corta y origen natural, con gran poder oxidante. Presenta una alta capacidad para la destrucción de algas, bacterias y hongos, basando su funcionalidad en la interrupción de los procesos enzimáticos de las células de los patógenos. CULTISOL puede diluir precipitados y evita la formación de depósitos calcáreos. Presenta una gran aptitud para la formación de compuestos solubles con los nutrientes del suelo, facilitando su asimilación por la planta.

La sinergia entre ambos productos contribuye a incrementar su acción desinfectante, aumentando el poder de ambos mediante la formación de peroxiácidos orgánicos, con un mayor poder oxidante y desinfectante, lo que garantiza la eliminación de los patógenos del suelo sin tener que recurrir a fumigantes, muy caros, contaminantes y corrosivos.

La aplicación de ambos productos, por tanto, puede hacerse conjuntamente con la solarización, aplicando primero OXIFORT y seguidamente CULTISOL, acabando con un breve riego que asegure la infiltración de los productos en los primeros centímetros del suelo para que estos cumplan con su función desinfectante.