La eficiencia productiva se consigue mediante un SUELO VIVO
Desde Atlántica Agrícola,
creemos que “en un sistema
productivo en el
que queremos llegar a
alcanzar rendimientos que cada
vez más se acerquen al techo genético
que nos proporciona un entorno
específico, llegamos a situaciones
en las que no podemos
conseguir saltar esa barrera que
nos ofrecen las herramientas convencionales.
Pero ¿y si tuviéramos
la opción de utilizar mini unidades
remotas en contacto con
cada planta, que fueran capaces
de actuar por nosotros ayudándonos
continuamente?”.
La importancia de
tener un SUELO VIVO
para rebasar el límite
productivo actual
El fundamento de un SUELO
VIVO consiste en utilizar diferentes
microorganismos simbióticos
como herramientas dirigidas e
‘inteligentes’, que sean capaces
de interaccionar de forma directa
con la planta y establecer un beneficio mutuo con el cual ambos se
desarrollen más favorablemente
en el entorno. Es decir, la planta
cuida con alimento y soporte al
microorganismo y éste mira porque
la planta se desarrolle más
vigorosa y productiva, cerrando el
círculo de su relación.
En este contexto, efectivamente,
“si somos capaces de utilizar
estas herramientas de forma dirigida,
podremos llegar a un nivel
de eficiencia de los recursos que
ponemos a disposición de forma
reactiva a nuestro cultivo”, destaca
Laserna.
¿Por qué eficiencia
mediante SUELO VIVO?
Porque uno de los limitantes productivos
fundamentales está en el
suelo. Cabe recordar que, en el
suelo, la planta desarrolla sus propias
estructuras para captar los
nutrientes, los pelos radiculares,
los cuales le permiten tomar las
materias primas que necesita para
transformarlas en alimento dentro
de su motor principal, las hojas.
Por tanto, siendo este un sistema altamente complejo de interacciones
químicas, en el cual la planta
puede presentar dificultades de
desarrollo cuando entra en alta
exigencia productiva, la única manera
de ir un paso más allá es utilizar
mecanismos que sean capaces
de analizar las necesidades de
la planta y de ayudar en la captación
de estos recursos de forma
paralela y complementaria.
Tras muchas investigaciones,
hoy en día “podemos conseguir
herramientas de alta eficacia que
crean un SUELO VIVO dirigido:
microorganismos simbióticos al
servicio del agricultor y donde en
Atlántica Agrícola, creamos la Línea
Atlanticell® , una solución de
VIDA para tus cultivos”.
Figura 1: Incremento del contenido de nutrientes debido a la acción de los microorganismos
presentes en la línea Atlanticell® en función del cultivo.
Figura 2: Ejemplo de diferentes velocidades de esporulación y formación de
sideróforos (halo rojo) en diferentes cepas de microorganismos en base a
hongos endófitos.
¿Por qué se llaman Microorganismos
inteligentes?
“Porque si analizamos lo que ocurre
con una misma aplicación, en
diferentes cultivos y en diferentes
fases, nos damos cuenta que el
microorganismo es capaz de comprender
el cultivo al que se asocia
y, por ejemplo, incrementar la
captación de nutrientes que va haciendo
falta a cada cultivo, en
cada etapa y en cada lugar” asegura
Laserna.
Por poner un ejemplo, ante
una aplicación de Atlanticell® Micomix
en dos cultivos totalmente
diferentes, brócoli y cereal, obviamente
en todos se obtiene lo esperado:
incremento del rendimiento.
Pero, cuando buscamos el por qué
y analizamos recurrentemente tejidos,
nos damos cuenta que, por
ejemplo, en la fase de formación
de pella del brócoli, lo que está
induciendo es a subir los niveles
de potasio, calcio y fósforo, curiosamente
aspectos cruciales en la
fase final de la formación del fruto
y tan complicados de impulsar,
sobre todo el calcio. Por su parte,
en un cereal, observamos incrementos
muy significativos de los
niveles de zinc, manganeso y silicio,
a la vez que reducimos la presencia
de cationes tóxicos como
Al. “Es genial ¿no? un mismo microorganismo inyectando nutrientes
limitantes en un entorno de
suelo, por el motivo que sea (bloqueo,
interacción, etc.), pero capaz
de decidir en dos ambientes
qué es más conveniente para cada
especie”.
“Esto es eficiencia y esto es lo
que podemos conseguir con estas
aplicaciones si las entendemos e
integramos dentro de nuestros
manejos”.
El director del departamento
técnico de Atlántica Agrícola explica
que “pero no sólo esperaremos
eficiencia nutricional dentro
de esta ‘inteligencia’. La producción
de sideróforos, otro mecanismo
en el cual los microorganismos
son capaces de beneficiar a la
planta transformando las unidades
elementales de hierro en una forma
que es asimilable para el cultivo,
pero que no lo es para los microorganismos
patógenos y con
ello no les permite progresar en el
entorno y colonizar el cultivo”.
Ello quiere decir que las asociaciones
de diferentes microorganismos
semióticos impactan a
diferentes niveles y en diferentes
tiempos en un entorno de suelo, y
con ello no existen mejores ni
peores, sino que encontrar las mejores
asociaciones es el reto por el
cual hemos pasado en Atlántica
Agrícola, donde se han dedicado a
seleccionar las mejores cepas y
tipos compatibles con un objetivo
determinado, y disponen de ellos
bajo la línea Atlanticell® en sus
diferentes versiones: “Micomix,
Trichomix y Pochomix, las soluciones
de VIDA para tus cultivos”.
En conclusión, no sólo se trata
de producir más, sino el reto ahora
está en hacerlo de forma más
eficaz y esto pasa por entender
que “tenemos herramientas altamente
eficientes, que pueden actuar
de forma dirigida como elementos
inteligentes a los que
debemos preservar si queremos
sobrepasar los límites tradicionales”.
Para más información, puedes
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