La aparición de la agricultura ha marcado un hito en la evolución de la humanidad dando lugar al Neolítico. La disponibilidad de agua siempre ha sido el factor más determinante para la obtención de cosechas, por ello las civilizaciones han aparecido en torno a los cursos fluviales o en áreas cuya pluviometría cubría las necesidades de los primeros cultivos.

Cuando se cumplen los requerimientos en clima, agua y nutrición, la producción agrícola mundial aumenta de forma espectacular; así lo ha hecho en los últimos 50 años. Sin embargo, los agricultores no siempre pueden trabajar en zonas con lluvias frecuentes, por ello la mayoría de las tierras necesitan abastecerse de riego artificial. Recientemente, la metalurgia y los plásticos han propiciado el riego a precisión y localizado.

La evolución tecnológica de los sistemas de riego: una visión crítica

Actualmente, en España, la mitad de la superficie irrigada lo es en riego por goteo, ocupando una extensión similar en India, China y Estados Unidos. Este sistema de riego se implanta también en cultivos como el olivo, la viña, y el almendro, en las mismas áreas donde se habían manejado en secano, por el incremento importante producido por esta técnica.

En los últimos años, el avance tecnológico en el riego ha sido tan profundo que incluso eventualmente hemos podido observar un uso inadecuado de dicha tecnología, derivando en un coste medioambiental, productivo y económico. Por ello, es imprescindible que el acceso a las nuevas tecnologías vaya acompañado de una visión crítica sobre la globalidad de la técnica agrícola.

Aunque los resultados de la aplicación de procedimientos populares aceptados comúnmente pueden resultar muy atractivos para el agricultor (ya que comportan un incremento de la producción) estas mismas técnicas son las que producen daños en aguas subterráneas, fluviales o lacustres por la concentración de nutrientes aportados inapropiadamente a los cultivos, así como la pérdida de fertilidad de zonas agrícolas.

La fertirrigación, un futuro fiable, exacto y preciso

La fertirrigación aúna los conceptos de riego y de fertilización y resulta imprescindible en la práctica del riego localizado ya que es el único sistema para poner cantidades suficientes de nutriente al alcance del cultivo. Por ello, fertirrigación y riego localizado son un binomio tecnológico necesario e inseparable.

Hoy en día sabemos que debemos obtener homogeneidad y regularidad en el riego ya que esto nos ayuda a saber la capacidad de almacenamiento de agua en el campo y la cantidad mínima para garantizar el cultivo. En la fertilización, estos principios se traducen en la necesidad de distribuir homogéneamente todo el nutriente en el agua y en cada momento.

De cara al futuro, la combinación del conocimiento del agricultor junto a las ventajas del uso de nuevas herramientas tecnológicas será lo que propiciará el éxito. En esta línea, la trazabilidad y el análisis de resultados serán claves para el establecimiento de la estrategia del futuro. Por ello, los equipos de fertirrigación deberán integrar la información de campo con la planificación y expectativa de cultivo, y ofrecer la información de interés a un solo clic, facilitando la toma de decisiones, la participación de los técnicos de campo y la trazabilidad. Todo esto acompañado de la máxima fiabilidad, exactitud y precisión.

Carlos Gutiérrez Gutiérrez