Desde la entrada en vigor de la normativa de regulación de la agricultura ecológica, existen importantes limitaciones a la hora de aplicar determinados productos con funciones fitorreguladoras, y por ende en la utilización de activos hormonales.
El manejo hormonal de cultivos agrícolas se refiere a la aplicación exógena de sustancias conocidas como ‘Reguladoras de Crecimiento’, para acelerar o inhibir un proceso fisiológico en la planta sobre todo en marcos de manejo intensivo de cultivos, donde en la mayoría de las ocasiones, se exige una mayor velocidad de crecimiento para poder llevar a las plantas a una etapa productiva más rápida y a niveles productivos mayores.
Es por ello que, en notables ocasiones, se recurre a dosis más elevadas de insumos, con la lógica de que, si colocamos más nutrientes y hormonas al cultivo se logrará una mayor y más rápida producción, pero nada más fuera de la realidad, ya que estará también intrínsecamente correlacionada a la genética de cultivo y a factores que condicionen su fenotipo.
Hemos de citar que estos fitorreguladores pueden ser de origen natural o sintético , siendo estos últimos en general mucho más potentes que sus análogos naturales, pero revisten aspectos críticos que deben ser considerados como lo son la oportunidad de aplicación, dosis, sensibilidad de la variedad para no generar fitotoxicidades, condición de la planta, etc, ya que de otra forma no se logra el efecto buscado o incluso se puede obtener el efecto contrario, por lo que su uso solo estaría recomendado cuando los factores ambientales sean realmente desfavorables.
Cultifort ha dado un importante paso hacia la búsqueda de soluciones a este problema bajo las premisas de búsqueda de equilibrio preciso de elementos nutricionales, estimulantes y su metabolización para incidir en una etapa fenológica específica, en este caso en fases de enraizamiento, obteniendo buenos resultados utilizando el producto conocido como RIZZA , permitido en agricultura ecológica, y que podría servir como alternativa a los productos enraizantes más utilizados en la agricultura convencional, cuyo usos no están permitidos por los Reglamentos (CE) 834/2007 y 889/2008 que regulan la producción ecológica, la cual tiene como principal objetivo obtener productos de la máxima calidad posible bajo el respeto medioambiental, intentando mantener los niveles de fertilidad del suelo prescindiendo de agroquímicos sintéticos, estando al alza la tendencia en esta modalidad bajo las bases implantadas en un sistema alimentario más sostenible por el que se pretende ayudar a proteger la naturaleza y la biodiversidad de la comunidad, denominada ‘De la Granja a la Mesa’, la cual propone como iniciativas y propuesta legislativas, en esta línea sostenible y ecológica.
Así pues, RIZZA emplea activos de origen natural, que actúan como precursores en la autosíntesis de hormonas en los niveles precisos de necesidad por parte de la planta, para promover la actividad de enraizamiento, como lo son el ácido indolacético y las poliaminas.
Además de ello, incorpora polisacáridos y complejos vitamínicos para favorecer la formación de raíces secundarias y su elongación, teniendo también efecto estimulante sobre la actividad de los microorganismos del suelo y comportándose como suplemento energético.