El mundo se enfrenta a incuestionables peligros de superpoblación en medio de otros grandes retos globales. En este contexto, Motti Levin, CEO de Haifa Group, ha señalado que el rendimiento agrícola mundial “se ve afectado por múltiples factores políticos, comerciales y medioambientales, ya que la humanidad se enfrenta sin duda a retos cada vez mayores. El Estado de Israel representa un rayo de esperanza tanto en la actual crisis mundial de suministro de alimentos, como en la que cabe esperar en el futuro”.

Además, las zonas agrícolas disponibles para el cultivo de alimentos y el pastoreo de ganado son cada vez menores. Así, Motti Levin insiste en que “el sector agrario debe dar prioridad a soluciones innovadoras que aumenten significativamente el rendimiento por metro cuadrado de tierra y mitiguen así los daños medioambientales”.

Sin la revolución de los fertilizantes nitrogenados, que comenzó hace unos cien años tras el desarrollo del innovador ‘proceso Haber-Bosch’, no habría sido posible alcanzar los volúmenes de cultivos agrícolas necesarios para garantizar las demandas de alimentación de la creciente población mundial. Sin embargo, “lo que en su día fue una técnica innovadora ha dado lugar al fenómeno del exceso de fertilización”, dijo el CEO de Haifa Group.

Al respecto, afirmó que “el exceso de fertilización produce un tremendo daño medioambiental al alterar la composición del suelo, provocar filtraciones y contaminación de las aguas subterráneas y emisiones de gases que dañan la capa de ozono y contribuyen al efecto invernadero”.

Sin embargo, el sector agrícola “puede convertirse potencialmente en un motor generador de impacto que ayude a hacer frente a los retos climáticos”. Dado que la nutrición de las plantas es clave para la seguridad nutricional mundial, “debemos garantizar que las prácticas de aplicación sean las más eficientes y precisas y ampliar el uso de nutrientes especiales e inteligentes para aumentar los rendimientos y, al mismo tiempo, disminuir el impacto negativo sobre el medio ambiente”, dice Levin.

No en vano, un uso adecuado de los fertilizantes permitiría optimizar la utilización de nutrientes por parte de la planta sin que se pierdan en el suelo, las aguas subterráneas o el aire. Los fertilizantes especiales de Haifa pueden garantizar un mayor rendimiento con un menor uso de nutrientes y agua, de modo que aumente la producción agrícola, disminuyan los costes y se mitigue el impacto medioambiental.

De esta forma, Motti Levin recuerda que “la agricultura israelí se desarrolló en condiciones difíciles, en las que la tierra y el agua escaseaban, y por ello actualmente aporta soluciones tecnológicas fundamentales a los retos mundiales. Con más de 70 años de experiencia en el desarrollo de la agricultura en condiciones desérticas o semiáridas, Israel se convirtió en líder mundial de la innovación agrícola y es precisamente en este país donde surge Haifa, para aportar la nutrición precisa a las plantas reduciendo así el impacto medioambiental y el uso de energía.