Es ampliamente reconocido por toda la comunidad agrícola que el agua es uno de los principales medios por el que se transmiten microorganismos causantes de enfermedades y que la desinfección del agua embalsada ha sido uno de los más importantes logros en la protección de la vegetación y enfermedades posteriores en los cultivos.

Con la desinfección del agua embalsada con BROTOM EMBALSES se logran destruir los patógenos implicados en la contaminación del agua. Es importante señalar que la desinfección no implica necesariamente la destrucción completa de todos los organismos vivos, es decir, los procesos de desinfección del agua no siempre acaban en el punto de esterilización.

En relación con la desinfección del agua y BROTOM EMBALSES, los organismos productores de enfermedades, incluyen bacterias y una gran variedad de virus. En lo que respecta a la desinfección, algunos de los organismos mencionados incrementan su resistencia al desinfectante al encontrarse rodeados o incrustados en materiales en suspensión, algas, etc, y es aquí donde BROTOM EMBALSES origina y despliega todo su poder de remanencia haciendo que la presencia de materia orgánica y otras sustancias oxidables no disminuya la cantidad de BROTOM EMBALSES disponible para realizar la desinfección. Es por esta razón que la aplicación de este producto tiene tanto éxito. Con la utilización de BROTOM EMBALSES de forma secuencial, se obtiene una protección cerrada del agua embalsada manteniendo los niveles de microorganismos patógenos en concentraciones controladas y sin provocar contaminación en el medio.

Cabe destacar que las dosis necesarias de este producto para el tratamiento de choque son de 100Litros/1.000 Metros cúbicos de agua embalsada. De ésta forma se podrá garantizar un agua de calidad y microbiológicamente controlada, obteniéndose numerosas ventajas con su utilización, como puede ser la protección en la zona radicular de las plantaciones, mejor captación de los abonos foliares al utilizar el agua descontaminada y limpia microbiológicamente de contaminantes patógenos que puedan afectar a los cultivos.

Sin dudarlo, el control microbiológico del agua es el comienzo y el fin para tener un cultivo sano, con gran productividad y más resistente a perturbaciones durante su ciclo de vida.

Carlos Gutiérrez