Pregunta.- Níjar es una referencia agrícola en el sureste español. ¿Cuál considera que es actualmente el principal motor del sector agrícola en el municipio?

Respuesta.- El principal motor son los propios agricultores, que con su esfuerzo, su talento y su capacidad de reinventarse e innovar, han convertido a Níjar en un modelo agrícola imitado dentro y fuera de España. Efectivamente, nuestro campo es una referencia porque ha sabido hacer bandera de las tres ‘eses’: sabor, salud y sostenibilidad. Además, el sector agrícola es la locomotora de nuestra economía, generando riqueza y miles de puestos de trabajo, y suministrando las mejores hortalizas frescas del mundo a decenas de países. Y luego podemos hablar de otro motor, que es el agua; el agua es para nuestro campo lo que el sol es para nuestro turismo.

P.- El agua es siempre una de las principales preocupaciones, ¿cómo se está viviendo la reciente avería de la desaladora de Carboneras y qué consecuencias puede tener su prolongación en el tiempo?

R.- Seguimos este tema con interés y con preocupación. No es ni la primera ni la segunda avería que sufre esta desaladora, que es la principal fuente para el agua de riego del Campo de Níjar. De hecho, el verano pasado ya padecimos un inicio de campaña muy complicado por culpa de otra avería. Parece evidente que la desaladora de Carboneras, que depende del Gobierno de España, necesita un mejor mantenimiento y más inversiones, porque lo que no es de recibo es que nuestros cultivos peligren cada vez que falla un bastidor de la desaladora, algo que, insisto, ocurre con demasiada frecuencia. El Gobierno tiene la obligación de garantizar el agua a los agricultores, y los hechos demuestran que tiene mucha tarea pendiente todavía. Desde luego, como Ayuntamiento, lo que tenemos que hacer, en primer lugar, es situarnos siempre al lado de nuestros agricultores y respaldarles, máxime cuando se trata de algo tan básico como el agua para sus cultivos. Y en segundo lugar, debemos actuar como puente que medie entre las distintas administraciones públicas para que esas demandas sean escuchadas y atendidas.

P.- ¿En qué proyectos se está trabajando desde el Ayuntamiento para garantizar el agua de riego a todo el Campo de Níjar?

R.- Partiendo de la base de que el Ayuntamiento no tiene apenas competencias en materia hídrica más allá del abastecimiento para consumo humano, yo destacaría dos proyectos especialmente interesantes. Por un lado, la CUMA, en la que tanto mi concejal de Agricultura como yo mismo llevamos meses trabajando para que sea una realidad cuanto antes. Esa Comunidad de Usuarios de Masa de Agua Subterráneas (CUMA) sería una herramienta muy útil para dar muchas de las soluciones que reclama el Campo de Níjar, concretamente, vendría a solventar los problemas de derechos de riego de los agricultores de todo el campo nijareño, que es el verdadero reto que tenemos por delante; darle seguridad jurídica al agricultor y garantizarle que, si paga por agua de riego, recibirá ese agua. Y luego hay un proyecto llamado a garantizar agua desalada para riego y para consumo humano en Níjar: las obras para suministro de agua desalada al término municipal nijareño procedente de la IDAM ‘Mar de Alborán’. Como Ayuntamiento, ya hemos reclamado que esta actuación se declare de interés autonómico. Con dicha declaración, se agilizarán los trámites pertinentes, y además se incluye la financiación de unas obras valoradas en 9,5 millones de euros. En concreto, la obra consiste en la construcción de una estación de bombeo y de una tubería de impulsión desde la balsa 2b de ‘Mar de Alborán’ hasta el depósito de abastecimiento municipal ubicado en La Serrata, lo que permitirá la conexión con la balsa de Aquamed ubicada en dicha zona. Estas obras permitirán, por tanto, la conexión hidráulica entre las desaladora ‘Mar de Alborán’ y la de Carboneras, garantizándose así el suministro en caso de averías o mantenimiento. Además, permitirá un mejor aprovechamiento del agua. Como ve, es un proyecto vital para nuestro municipio, y de hecho, he enviado oficios a las comunidades de regantes, asociaciones y organismos que pudieran verse beneficiados de las obras para solicitarles su adhesión a esta iniciativa.

P.- La agricultura ecológica crece año tras año en España y en esto Níjar tiene un papel fundamental contando con la mayor superficie de Europa, ¿cuál es su extensión en la actualidad y cómo ha evolucionado en los últimos años?

R.- Níjar es el municipio con mayor superficie de cultivos certificados como ecológicos de toda Europa. Por eso decía que nuestros agricultores han sabido hacer bandera de la sostenibilidad. En Níjar hay 6.000 hectáreas de cultivos bajo plástico, de los que más de 3.000 hectáreas corresponden a ecológico. Detrás de esas cifras hay una realidad incuestionable: Níjar es pionero a nivel mundial en sostenibilidad, en lucha integrada, en uso eficiente de agua, en prácticas de labranza y cultivo respetuosas con el suelo, en rotación de cultivos y en cumplir estrictamente con las restricciones de pesticidas químicos o fertilizantes sintéticos. Y todo eso es mérito exclusivo de los agricultores y, por extensión, de las empresas agrícolas que operan en nuestro municipio.

P.- Níjar es muy fuerte en tomate, un cultivo que, a pesar del trabajo de las obtentoras de semillas por crear variedades resistentes, se está viendo muy afectado por el virus del rugoso, ¿cómo se está desarrollado la campaña?

R.- Es verdad que, en los últimos años, el rugoso se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para muchos agricultores, que ya tienen suficientes problemas —escasez de agua, competencia desleal de países terceros, crisis de precios—. Es evidente que ser agricultor no es nada sencillo. Luego están, en efecto, los problemas de virosis. En el caso del rugoso, se trata de un virus por contacto que afecta a solanáceas (tomate, pimiento, berenjena) aunque el tomate es el más afectado. Sabemos que se dispersa por medio del contacto físico, semillas, cajas de recolección, abejorros, etc. Es complicado, porque como al finalizar el cultivo no arrancamos todo el material —porque es imposible, ya que siempre queda raíz en el suelo— eso hace que no se pueda eliminar. Tampoco existe ningún producto que pueda desinfectar al 100%. Como bien ha apuntado, existen variedades resistentes, que van a mostrar más o menos síntomas en función de la carga vírica de la explotación. A día de hoy se puede convivir con el virus, pero es cierto que hay que evolucionar ciertas variedades, dado que las empresas de semillas empiezan las mejoras por las que son más representativas. Pero el rugoso no es un problema exclusivo de Níjar: es un problema mundial. En Sicilia hay muchas infestaciones y carga, también en México. La desinfección es una de las medidas más importantes que se pueden llevar a cabo; hay que hacerla bien, en su momento y con la duración adecuada. Y sobre todo, hay que concienciar a los productores y hay que tomar medidas profilácticas como cambiar de ropa, o el evitar rotar los trabajadores de unas fincas a otras en el mismo día.

P.- Actualmente son muchos los problemas que afectan al campo, como la reducción del uso de fitosanitarios, la sequía o las plagas nuevas que aparecen constantemente, ¿qué le trasladan los agricultores nijareños sobre esta situación?

R.- Como decía anteriormente, ser agricultor no es nada fácil. No sólo porque es un trabajo duro que requiere un esfuerzo físico importante a diario, sino porque existen mil y un frentes de batalla en los que pelear todos los días. Hay problemas con el agua, problemas con los precios, problemas con los virus, problemas con las restricciones legales, y problemas con los cupos de hortalizas que entran de otros países que no tienen que cumplir con esas restricciones. Así que entiendo que haya muchos agricultores cansados de esas situaciones, que además no favorecen en nada el relevo generacional, porque cuando un joven ve lo mucho que tienen que pelear sus padres para sacar adelante sus cultivos, llega a cuestionarse si continuar con la tradición familiar de ser agricultor.

P.- Níjar es uno de los mayores exportadores de productos hortofrutícolas. ¿Cómo afecta esto a la economía local y qué retos implica competir en mercados internacionales?

R.- Cuando asistí por primera vez a Berlín con motivo de la ‘Fruit Logística’, una de las cosas que más me llamó la atención fue entrar en una cadena de supermercados del centro de la ciudad y comprobar que la mayoría de tomates, pepinos y calabacines que vendían provenían de Níjar, y que también había productos de otras zonas de nuestra provincia. La mayor parte de lo que se cultiva en Níjar se exporta al extranjero, principalmente a Alemania, Reino Unido y Países Bajos. Eso nos convierte en un referente internacional, pero, lo he mencionado antes, también tenemos que hacer frente a la competencia desleal de países terceros. Son países que no cumplen con las obligaciones legales que sí se cumplen en España en cuestiones como derechos laborales, uso de productos fitosanitarios, o controles exhaustivos de calidad. Pero, afortunadamente, el cliente europeo valora más la calidad que el precio, y por eso, hoy por hoy Níjar es el municipio del continente líder en cultivos ecológicos y sostenibles.

J. V. S.