Se pretende así optimizar la gestión de la biomasa en todas las fases de transformación necesarias para que ésta pueda ser utilizada como combustible, desde las labores de recogida, picado, cribado, empacado, o transporte hasta su secado y almacenamiento. Oportunidad ambiental y económica La consecución de estos objetivos redundará además en beneficios medioambientales y socioeconómicos. Por un lado se minimizará el impacto ambiental originado actualmente por la quema generalizada de residuos agrícolas y forestales que se generan en Andalucía; y por otro, impulsará el desarrollo de nuevas actividades económicas en las zonas rurales y supondrá una alternativa para el campo andaluz por la potencial reconversión de tierras usadas tradicionalmente para cultivos alimenticios por otros usos, como son los cultivos energéticos. La participación de la Junta de Andalucía en la Sociedad se materializará a través de la Agencia Andaluza de la Energía y el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA), por parte de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa,; la Empresa Pública para el Desarrollo Agrario y Pesquero (DAP), por parte de la Consejería de Agricultura y Pesca; y la Empresa de Gestión Medio Ambiental (EGMASA), por parte de la Consejería de Medio Ambiente. La participación pública en la Sociedad de Valorización de la Biomasa actuará como catalizador de las iniciativas privadas existentes actualmente en la región y canalizará las actividades normativas y legislativas que deban desarrollarse por parte de la administración para favorecer la puesta en marcha de medidas que ayuden a sortear los obstáculos que tradicionalmente ha encontrado el sector, asociados a sus características de dispersión, estacionalidad, dificultad de recogida o variación de precios. Biomasa en Andalucía La biomasa es una de las principales fuentes de energía renovable en la comunidad, que cuenta con un importante potencial de desarrollo, 3.327.000 tep/año (toneladas equivalentes de petróleo al año), lo que equivaldría al 21% de la energía que se consume en Andalucía. Este recurso energético renovable es el que más aporta al conjunto de todas las renovables, acaparando el 90% del total. Para el 2010, el Plan Energético de Andalucía (PLEAN) prevé que el consumo de biomasa para usos térmicos se eleve hasta 649.000 tep (toneladas de petróleo). Respecto a la generación de electricidad, se espera una potencia instalada para ese año de 250 MW. Existen en la actualidad plantas de energía eléctrica con biomasa con una potencia total instalada de 118 megavatios, y otros 70 megavatios en plantas en ejecución, así como instalaciones de biomasa térmica que suponen un total de 551.000 tep/año. Existe también una planta de biocarburantes con una capacidad de 36.000 tep/año, y están en proyecto otras 6 nuevas plantas que elevarán la capacidad total hasta 235.800 tep/año. El PLEAN, plantea entre sus objetivos que en el año 2.010 al menos el 15% de la energía primaria consumida en Andalucía, sea de origen renovable. De esta forma, nuestra región cumplirá con creces el objetivo europeo del Libro Blanco de las Energías Renovables. El cumplimiento de los objetivos depende básicamente de la biomasa, ya que ésta debe aportar en 2006 el 62,3% de toda la aportación de energías renovables, y el 56% en 2010. Además, la biomasa, al presentar un balance nulo de dióxido de carbono (CO2) en su uso, es muy útil para el cumplimiento por parte de nuestro país de los compromisos adquiridos en el Protocolo de Kyoto, por lo que empieza a ser muy codiciada por las empresas españolas que están incluidas en el Plan Nacional de Asignaciones.