La Comisión resalta los "desequilibrios" de la producción hortofrutícola y que en los últimos años ha aumentado la concentración agroalimentaria, de manera que unos pocos grupos "han reforzado su poder de influir" en el mercado. Estas firmas compran cantidades importantes a precios competitivos e imponen "requisitos" cuya carga soportan los productores, según el texto. Además, la CE constata que la agrupación de agricultores en organizaciones de productores asciende al 30% o al 40%, por debajo de los objetivos de la OCM (60%) hortofrutícola. Las producciones de frutas y hortalizas frescas no reciben ayudas directas, sino que tienen cofinanciación de la UE un 50% de las inversiones que acometen las OP. Las frutas y hortalizas para transformación sí tienen subvención (hasta un tope máximo de producción). Para la reforma, la Comisión está preocupada en que los apoyos de la OCM sean compatibles con las reglas de la Organización Mundial del Comercio y ser refiere tanto a las ayudas para industria, como a las restituciones a la exportación y a la indemnizaciones por retirada de productos. En este sentido, la CE baraja tres opciones para las ayudas a la transformación: mantener la situación actual, cambiar los actuales apoyos por una ayuda por hectárea, basada en referencia históricas ó una tercera, que sería convertirlas en apoyos a la renta ligados al a superficie (en este punto no cita requisitos históricos). Para gestionar las crisis en el sector, la CE baraja también varias posibilidades, que van desde el mantenimiento de los sistema actual de retirada, acuerdos entre productores e industria, una aportación de la UE en caso de catástrofes naturales o una cuarta, que sería la creación de fondos nacionales. Estos fondos serían creados con el dinero que cuenten los Estados miembros procedentes de la OCM.