Por todos es conocido que el tomate es una de las hortalizas más consumidas en el mundo, por lo que se ha convertido en un auténtico pilar de la dieta Mediterránea. El tomate Desde Europa hasta China los tomates en todas sus formas y tamaños son apreciados por los habitantes de los rincones más diversos del planeta que los utilizan para cubrir distintas necesidades alimentarias. Así, mientras en Japón optan por tomates con baja acidez para ser utilizados como fruta, en algunos países del trópico prefieren los tomates con un mayor grado de acidez porque suelen cocinar esta hortaliza antes de consumirla. Respecto a los tonos de los tomates, aunque tradicionalmente fluctúan desde el verde, antes de estar maduros, hasta el rojo intenso, acercándose al amarillo en algunos casos, en ciertos estados de Estados Unidos cultivan tomates rosas, que también son consumidos en zonas de Asia como Corea o Japón. El tomate es un alimento poco energético y aunque hay diferentes tipos, todas las variedades comparten propiedades nutritivas semejantes, como fuente principal de potasio, fósforo y magnesio, componentes fundamentales para la actividad diaria de los músculos de todo el cuerpo. Además, los tomates nos aportan destacadas cantidades de vitaminas A, C, B1, B2, B5, y E. Otras de las ventajas adicionales del tomate radica en su bajo contenido en grasa; y esta característica, unida a su poder diurético, lo convierten en un aliado de excepción en las dietas de adelgazamiento.