El desarrollo del campo almeriense está relacionado desde su nacimiento con las innovaciones tecnológicas tales como la puesta en marcha de sistemas de riego informatizado que le aportan a la planta la cantidad adecuada de agua, reduciendo el consumo de la ésta. Del mismo modo, esta progresiva incorporación tecnológica a la agricultura ha permitido una mejora de la calidad de la producción, un aumento de la productividad y una reducción de la mano de obra, que se traduce en una disminución de los costes a los que tiene que hacer frente el agricultor como se desprende de un estudio realizado por la Estación Experimental Cajamar ‘Las Palmerillas’. Esta investigación, que trata de determinar el coste de producción y utilización de la mano de obra en un cultivo de tomate en Almería, establece que las ventajas de la automatización en el riego queda reflejada en los tiempos de riego y la utilización de la mano de obra que llega a alcanzar un cuatro por ciento del total del trabajo. El coste más elevado al que los agricultores deben hacer frente es la mano de obra que suele realizar tareas de labores de cultivo como poda, entutorado, y arreglos que suponen el cuarenta y seis por ciento del total, además de la recolección que supone un treinta y dos por ciento y el mantenimiento y la limpieza con un catorce por ciento. Tanto las labores de cultivo como el mantenimiento son dos usos muy importantes de la mano de obra en los invernaderos de la provincia.