Los semilleros refuerzan la prevención de plagas para evitar problemas en los cultivos

El mayor peligro en el desarrollo de plántulas de hortícolas es la entrada de insectos y la propagación de virus. Para el director técnico del Acrena SAT, Miguel Ángel Zorrilla todos los semilleros están obligados a cumplir las obligaciones establecidas en la normativa vigente. “Los semilleros realizamos el primer paso de la cadena de producción de frutas y hortalizas. Los agricultores están obligados a emplear plántulas procedan de un semillero autorizado que les proporcione el pasaporte fitosanitario. Para ello estamos inscritos en los Registros de Productores”, señala Miguel A. Zorrilla. El sector productor de plántulas hortícolas está obligado por Ley a producir plántulas sanas; los sistemas de calidad que se están implantando en la zona, obligan a que se tenga la trazabilidad de las producciones, siendo de obligado cumplimiento la utilización de productos registrados para el cultivo, desde que la semilla es puesta a germinar. Este hecho complica en gran medida la sistematización de los tratamientos fitosanitarios en los semilleros, ya que están obligados a separar los cultivos de forma que permita realizar tratamientos diferentes si fuese necesario. El control de plagas en los semilleros es delicado y determinante para el éxito de la cosecha. “En nuestras instalaciones no podemos permitir que las plantas vayan acompañadas de plagas en el momento de entregarlas al cliente y, como sea, tenemos que prevenir cualquier infección de virus transmitida por insectos. Evitamos los virus transmitidos por contacto mediante la desinfección de los útiles de trabajo y ropas. En cultivos en sustrato, desinfectamos los mismos, las tuberías y estructuras en caso de detectarse virus transmitidos por contacto. Asimismo, evitamos en lo posible la visita de agricultores sin seguir las medidas adecuadas”, señala el director técnico de Acrena.

Las instalaciones de este semillero son punteras en la aplicación de medidas preventivas con respecto al control de plagas. Tanto en las aperturas de ventilación como en las dobles puertas de la entrada hay colocadas mallas finas que evitan la entrada de insectos, así como en todo el invernadero hay colocadas trampas adhesivas cromáticas (amarillas y azules) que atrapan los insectos que han entrado desde fuera. El semillero Acrena, ubicado en El Ejido (Almería) germina a lo largo del año de 18 a 20 millones de plántulas solicitadas tanto por sus socios como por agricultores que no pertenecen a la cooperativa del mismo nombre del semillero. Pimiento, tomate y berenjena son sus principales cultivos, al igual que en el resto de semilleros de la provincia almeriense. Asimismo, esta empresa realiza numerosas plantaciones para cultivo hidropónico. “Este tipo de plántulas deben tener muchas raíces en el sustrato y algunas raíces cortas bajo el bloque; tiene que ser una planta con más peso; ser homogéneas y que presenten hojas y raíces sanas. A la hora de conseguir homogeneidad en el tamaño de las plántulas el sistema de riego es crucial. Los bloques de lana actúan de diferente modo a los bloques de turba. Por ello es mejor un riego por aspersión que un riego por inundación. Este último tiene la ventaja de hacer más homogénea la humedad en el bloque, pero con el inconveniente de que las sales se acumulan en la parte superior del mismo, hecho que debe evitarse”, explica Miguel A. Zorrilla. En apenas un mes, este semillero comenzará a implantar el Manual de Buenas Prácticas Agrícolas elaborado por la asociación a la que pertenece, Asehor. “A pesar de no haber recibido el Reglamento de la asociación es nuestro semillero siempre somos muy estrictos en la producción de las plántulas. Somos conscientes de la importancia que tiene nuestro trabajo. El tratamiento con fitosanitarios es quizás el trabajo que más cuidamos, ya que nuestras plántulas no pueden llegar a las fincas de los agricultores con residuos de plaguicidas”, indica el director técnico de Acrena. Raquel Pérez ir a métodos de producción