El sector vitivinícola provincial arroja un valor de la producción de tres millones y medio de euros. La mayor partida procede de la producción destinada a vino, 2.300.000 euros, y el 1.200.000 a la destinada al consumo como uva de mesa. Con estos datos se infiere que el valor de cada tonelada de uva de mesa recolectada ha sido de 231,48 euros, cerca de la mitad que en la uva para vino donde la tonelada se pagó a 437 euros. La temporada puede considerarse buena, especialmente para los agricultores que han fijado en el vino sus beneficios. El sector ha crecido un 6% respecto al ejercicio anterior. En situación inversa están quienes han encaminado su cultivo hacia la uva de mesa, puesto que la actividad ha sufrido un retroceso de una temporada a otra de un 36%. La provincia cuenta con alrededor de 500 explotaciones de tamaño sobre todo familiar, en su mayoría subvencionadas desde la administración, interesada en desarrollar el sector. La mayoría de los empresarios y de los viticultores almerienses aprovecharon estas ayudas para apostar por una modernización y una mejora tecnológica. Junto a ello fueron asesorados sobre las variedades y cepas más convenientes, tratando de respetar las autóctonas de la provincia e introduciendo aquellas variedades más demandadas por el consumidor. En la provincia hay tres zonas vinícolas que ya cuentan con la mención específica de ‘vino de la tierra’. Son las de Laujar-Alpujarras (Laujar, Alcolea, Fondón, Fuentevictoria y Benecid), Ribera del Andarax (Gádor, Alhama de Almería, Padules, Enix, Felix y Nacimiento), y la tercera es Desierto de Tabernas (Tabernas, Sorbas y Lucainena). La concesión de esta marca proporciona a las bodegas ventajas de imagen y les permite acceder más fácilmente a recursos y ayudas por parte de la administración. Desde la Diputación Provincial y varios ayuntamientos se está pidiendo a la Junta de Andalucía la creación de una denominación de ‘vinos de la tierra’ para toda la provincia. Este tipo de denominación ya funciona en otras zonas de España como la Comunidad de Madrid, Extremadura, o provincias como Tenerife o Cádiz, entre otras. Agrupar todas las bodegas de la provincia parece la mejor salida para abrirse hueco en el mercado, más teniendo en cuenta que la producción de vino en Almería, pese al crecimiento continuado de los últimos años, sigue siendo muy escasa. Por ello presentar tres marcas distintas supone problemas de comercialización que podrían evitarse si como se pretende desde distintas administraciones todas las bodegas agrupasen sus vinos bajo la marca ‘Vino de Almería’. ir a productos: vino