Arrojar residuos en la naturaleza sin un control preventivo supone no sólo un importante efecto perjudicial sobre el medio perceptual, es decir sobre el paisaje percibido, sino también sobre una innumerable cantidad de factores ambientales que se ven afectados de forma sinérgica. La contaminación del suelo por el vertido de residuos sólidos, que generan lixiviados y malos olores por la descomposición de la materia orgánica, provoca a medio-largo plazo la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas por contaminación difusa y percolación de los contaminantes. Proceso que se acelera durante los episodios lluviosos. De igual forma, si el suelo presenta un cierto grado de contaminación, se puede ver afectada la vegetación que se desarrolla sobre el mismo y posteriormente la fauna herbívora que se alimenta de ella. En este sentido los contaminantes que se acumulan en el suelo, posteriormente en la vegetación y en la fauna, van ascendiendo a lo largo de la cadena trófica dando lugar al proceso de bioacumulación por el cual los depredadores que se hallan en la cima de la pirámide trófica acumulan en sus tejidos adiposos los contaminantes que se encontraban en la base de la misma y se han ido concentrando a lo largo de los diferentes eslabones de la cadena de alimentación. Un control en la recogida, transporte y gestión de los residuos como el desarrollado por la empresa Ejido Medio Ambiente ha supuesto el despegue de la comarca hacia tendencias europeas, dictadas en Directivas Marco como la Directiva sobre Residuos 75/42/CEE que promueve las políticas de minimización, valorización, reciclado y reutilización de los residuos. La excelente labor realizada y celeridad para dar respuesta a la necesidad de medios técnicos y humanos que solucionaran el problema de los residuos agrícolas en el municipio de El Ejido ha dado lugar a que se valore su gestión en el sector agrícola no sólo en el ámbito local o regional sino también en el internacional. El mercado de comercialización europeo y norteamericano valora la implantación en el sistema de producción agrícola estándares de calidad cada vez más estrictos, en los que se incluye la gestión integral de los residuos de forma que se cierre el ciclo de producción hortofrutícola. En este sentido, la producción y comercialización de compost realizado por Ejido Medio Ambiente está certificado por AENOR al tener implantado el sistema de calidad según la Norma ISO 9001:2000. Sin embargo, la gestión no se centra únicamente en el procesado de restos vegetales sino en una amplia diversidad de residuos de diferente naturaleza que en la actualidad son entregados a empresas recicladoras, desarrollando investigaciones para su tratamiento integral. Entre los principales proyectos de investigación para la mejora continua en el servicio ofrecido se encuentran nuevas técnicas para el tratamiento de los residuos peligrosos de fitosanitarios pretendiendo dar una gestión integral a los mismos generando subproductos reciclables por empresas especializadas, el reciclado de plásticos procedentes de las cubiertas de invernadero. Asimismo, y como punto fundamental, actualmente se desarrolla una campaña de educación y sensibilización ambiental en la cual se informa de los proyectos desarrollados y las mejoras realizadas, se promueve la minimización y separación de los residuos en origen y se aportan consejos enfocados a la protección y conservación ambiental. El proyecto de la educación ambiental, promovido por Ejido Medio Ambiente, constituye una herramienta imprescindible en el desarrollo de su labor ya que se hace necesario un conocimiento por parte de la sociedad en general de las premisas básicas para la preservación del medio que constituye la base de la economía de la comarca. En este ámbito se enmarca el concepto de “Desarrollo Sostenible”, surgido en el Programa 21, originado en la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992. Constituye un marco de referencia dirigido a la comunidad internacional. Supone el trabajo continuado para conseguir el equilibrio entre la conservación de los ecosistemas y la satisfacción de las necesidades básicas del sector agrícola, en procura del bienestar de la población y sin poner en peligro las necesidades de las futuras generaciones. Su objetivo tiende a la integración del desarrollo económico basado en la agricultura intensiva bajo plástico con la conservación del medio. Neme Martín