Equipos del Reino Unido, Estados Unidos, China, Francia, Japón, Corea y la India, entre otros, estudiarán cuidadosamente el ADN del tomate, en un ambicioso proyecto que durará tres años, domesticada hace ocho mil años en los Andes y que los españoles se trajeron de América tras el Descubrimiento. Para Graham Seymour, de la Universidad de Warwick (Reino Unido), que participa en la investigación junto al Colegio Imperial de Londres, "el genoma del tomate será una auténtica mina informativa. Por primera vez podremos identificar rápidamente los genes responsables de importantes características de distintas especies vegetales y mediante al acceso a ese fondo genético, producir nuevas variedades", señala el experto. Los investigadores consideran especialmente interesante el tomate, porque está estrechamente relacionada con la patata, la berenjena y de modo más distante con la petunia, el pimiento y el café. De esta forma, la secuenciación del tomate puede contribuir a revelar una serie de secretos genéticos de las otras plantas El tomate es rico en vitaminas y antioxidantes que podrían ayudar en un futuro a luchar contra el cáncer y ciertas enfermedades cardiovasculares. Esta planta produce una sustancia que repele a los insectos y que están estudiando ahora los investigadores que analizan los pesticidas para comprobar si el tomate puede ser la base de algún producto natural para luchar contra las plagas.