Una parte del plástico procedente de la Planta de Reciclaje de Plásticos Agrícolas Denplax, situada en Las Norias de Daza, El Ejido, se destina a la producción de asfalto para carreteras. La mezcla de estos plásticos con alquitrán han dado como resultado una granza de polietileno de baja densidad que, tal y como se ha demostrado, reduce ligeramente el ruido del tránsito de los vehículos, evita el efecto de agua-planning y además mejora notoriamente la elasticidad del firme en rutas sometidas a cambios bruscos de temperatura. Esta innovación es fruto de la iniciativa de la Consejería de Obras Públicas y Transportes, que la ha introducido como un criterio de mejora valorada en los concursos para la ejecución de carreteras en Andalucía. Esta salida que se le da al plástico agrícola es el resultado de una medida promovida por la Junta que buscaba ofrecer una solución ambiental a la contaminación del suelo, atmosférica y paisajística que el abandono de los plásticos producía. Aunque la mayoría del plástico que se emplea para este cometido procede del plástico agrícola reciclado de color negro que se utiliza en el cultivo intensivo de fresas y algodón en Andalucía occidental, se complementa con los plásticos que proceden de la Planta de Reciclaje de Plásticos Agrícolas de Las Norias, que también ha sido promovida por la Consejería de Medio Ambiente y en la actualidad es gestionada por una sociedad participada por Egmasa. Esta planta tiene una capacidad de tratamiento de alrededor de 15.000 toneladas al año. Según datos de la Junta de Andalucía, se calcula que en toda la comunidad autónoma se estén generando algo más de 60.000 toneladas al año, cantidad que supone un 70% del plástico agrícola que se produce en España. En Andalucía, de momento, ya hay dos carreteras que se han construido utilizando este tipo de asfalto proveniente del plástico agrícola, aunque la intención es seguir incorporándolo poco a poco en toda la comunidad autónoma. Este residuo se recicla fundamentalmente en la Planta de Reciclado Agrícola de Los Palacios y Villafranca, en Sevilla, también gestionada a través de Egmasa. La planta tiene capacidad para tratar casi 10.000 toneladas al año. LUDMILLA ORTEGA