A partir del uno de enero de 2005 la trazabilidad será obligatoria en el sector productor de frutas y hortalizas. Pese a lo novedoso del concepto, la trazabilidad automatizada ya es una realidad en algunas empresas almerienses, que no han querido esperar a la obligatoriedad de la medida par dotarse de estos sistemas de seguridad. Un caso palpable es el de Agromurgi, que instaló un sistema propio de trazabilidad al comienzo de la actual campaña hortícola. Francisco Petit, director técnico de calidad de la compañía, se muestra orgulloso de poseer un sistema de trazabilidad que funciona hacia delante y hacia atrás, es decir, que permite localizar en cada momento donde se encuentra la mercancía. Tal y como explica Petit en Agromurgi pueden localizar cada caja, porque cada una lleva su propio código de barras. Igualmente, el cliente puede saber a quien pertenece esa caja simplemente leyendo el código y consultando los datos para encontrar quien es el agricultor, la parcela, los tratamientos aplicados en esa parcela, la clasificación que han tenido o el número de cajas que se ha enviado a cada cliente. Esa sería la trazabilidad hacia atrás, desde el cliente hasta el productor. Pero también es posible el proceso a la inversa, que comenzaría cuando la comercializadora detecta un problema en el producto y tiene que localizar a dónde se ha enviado esa partida contaminada o defectuosa. Al contar cada caja con su propio código de barras es posible volcar esa información en el palet, conociendo qué cajas, de qué agricultor y explotación viajan en cada palet. Al conocer a dónde ha viajado cada uno explica Petit, que podrían localizar esa partida en concreto y retirarla del mercado, incluso aunque ya estuviese en el supermercado.