La Comisión de Sanidad y Consumo del Senado ha aprobado, por unanimidad, que el Gobierno que pida a la Unión Europea la autorización oportuna para que en el envasado de los productos alimentarios cuyo componente principal sea el aceite de oliva, se haga referencia a los beneficios que éstos conllevan para la salud cardiovascular de sus consumidores. Las enfermedades cardiovasculares han pasado a consolidarse como el principal riesgo para la vida en los países desarrollados, por lo que es necesario dotar de información el etiquetado de estos productos para que el consumidor lo conozca. Uno de los trabajos clave es el Seven Countries Study, dirigido por el profesor Ancel Keys, gracias al cual se demostró, en el análisis de distintas poblaciones, que el consumo de grasa saturada en la dieta se asocia con mayores niveles plasmáticos de colesterol y con el riesgo de sufrir cardiopatía coronaria. Como complemento a estos datos se sacaron conclusiones sobre las propiedades cardiosaludables de la dieta mediterránea. Además existen posteriores estudios y publicaciones que han desembocado en conclusiones “verdaderamente interesantes sobre la salud cardiovascular y el consumo de aceite de oliva”.