Por otro lado, la industria del plástico de la provincia ha comenzado a desarrollar cubiertas que ofrezcan una alternativa que eviten las excesivas radiaciones solares en los cultivos sin la necesidad de aplicar capas de cal en los invernaderos. Sotrafa está experimentando con plásticos instalados como doble cámara dentro del invernadero con el objetivo de reducir las temperaturas. Esta cubierta permite un descenso de un grado centígrado más que la práctica del blanqueo. Las ventajas de esta lámina de plástico suponen un menor consumo de agua, una mayor facilidad de limpieza acabada la aplicación, no impide toda la radiación sólo la parte que provoca un aumento de las temperaturas y ofrece la seguridad que ante las lluvias que limpian la cubierta el cultivo esté protegido. El objetivo final que persigue Sotrafa es coonseguir reducir entre cuatro y cinco grados las temperaturas máximas en el interior del invernadero sin encalar las cubiertas. A pesar de todas estas técnicas que se emplean para intentar combatir el calor, la más extendida sigue siendo el blanqueo de las cubiertas. «Consiste en interponer un filtro entre la radiación que se recibe naturalmente del sol la planta y el invernadero. Para la horticultura de Almería el encalado de las cubiertas es muy apropiado», afirma Cánovas. Los inconvenientes de una técnica tan arraigada como el blanqueo son que además de impedir el paso de las radiaciones solares agresivas también evita la entrada total de radiación lo que disminuye la luminosidad necesaria para la fotosíntesis de las plantas. «Desgraciadamente cuando aplicamos el blanqueo este filtro no es selectivo por tanto reduce la luminosidad que es la que produce la fotosíntesis, fuente de energía de las plantas, y los rendimientos de los cultivos disminuyen», apunta Francisco Cánovas. M. Belén Garre

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