Así como también, habrá que tener muy en cuenta la trazabilidad, la innovación pero respetando en todo momento las tradiciones locales y sobre todo, favorecer el acceso a una alimentación de calidad. “Los primeros resultados son muy parciales porque sólo se ha validado la encuesta, pero aún siendo así, los datos corroboran lo que ya suponíamos, y es que el consumidor cada vez más asocia productos mediterráneos con salud”, explica Rafael Peral, representante del Instituto de Fomento de Andalucía. Todas estas iniciativas se han impulsado para conseguir un lenguaje común en cuanto a calidad de productos agroalimentarios y para valorar la producción de los alimentos del Mediterráneo. Actualmente los alimentos mediterráneos se consumen por tradición, sabor, calidad y seguridad, así como, por tener un precio asequible. Por tanto, lo que el proyecto Euromedsys quiere conseguir es que los productos de la Europa mediterránea se identifique además de con todos esto calificativos, con técnicas de innovación y salud, así como también incentivar otra forma de posicionar y promocionar los productos como es a través de empresas de catering, tiendas especializadas y hoteles. A la hora de establecer pautas comunes en los productos mediterráneos también se han analizado los mercados y canales de distribución. De esta manera, se ha observado que el destino por excelencia suelen ser los mercados europeos y nacionales, así como, los tradicionales supermercados. Una tendencia importante es la contemplada en Italia donde los productos se comercializan en tiendas especializadas, a través de empresas de catering o en hoteles. Estudiadas estas características, las líneas de trabajo del proyecto según Rafael Peral ahora se encaminan a la identificación del producto con el estilo de vida del consumidor. Del mismo modo, se pretenden que los alimentos respondan a las necesidades reales de los consumidores. Además, hay que darle ayudas al consumidor a través de terceros, es decir, a través de la correcta información en las etiquetas. Por lo que es muy importante la trazabilidad para que el producto tenga más calidad y para poder seguir avanzando, ya que, en enero de 2005 la legislación europea obliga a que todos los productos agroalimentarios lleven en su etiqueta el proceso de producción por el cual se ha obtenido ese producto. Una de las dificultades de esta iniciativa europea es la diversidad de normativas de calidad que imperan en cada país. A pesar de esto, todas tienen un objetivo en común como y es obtener productos de la mejor calidad y salubridad. “Es muy importante que las normas sean flexibles, ya que, sirve para que los productores mejoren, por tanto deben de adaptarse a cada comunidad local y una vez instaurada deberán ser duras para que no se incumplan” expone Rafael Peral. Las normas deben incluir aspectos ambientales y sociales. Otras de las líneas importantes es el apoyo empresarial, con asesoramiento, difusión, convencimiento. Además este apoyo empresarial debe superar fronteras para que haya colaboraciones comerciales. Por otro lado, durante la jornada se han analizado los distintos sistemas de certificación de calidad en Andalucía, Italia y Marruecos y se han expuesto las experiencias de dos proyectos concretos de la provincia de Almería: el aceite de Castillo de Tabernas y Agrocolor, una de las empresas autorizadas por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) para realizar la inspección y auditoría de las Normas: UNE 155001 (Hortalizas para consumo en fresco. Producción controlada de cultivos protegidos) y UNE 155002 (Hortalizas para consumo en fresco. Producción controlada de cultivos al aire libre). El próximo mes de junio tendrán lugar un evento final en Florencia donde se presentará la ‘cesta virtual’ del Mediterráneo donde estarán presentes todos los productos que hayan superado los parámetros y análisis realizados. M. Belén Garre ir a manipulado de frutas y hortalizas