Científicos españoles han llevado a cabo un estudio para el control de la calidad de los productos hortofrutícolas con un sistema automático que ya se está aplicando en la selección de hortalizas para su mejora genética. Se trata de unos dispositivos electrónicos capaces de detectar sus propios errores. Aunque el control de la calidad interna de frutas y verduras se lleva haciendo desde hace años en los laboratorios, la incorporación de esta nueva tecnología a la industria no acababa de producirse, debido a los fallos que se producen a lo largo de los meses que dura una campaña de recolección. Este control se lleva a cabo analizando la respuesta del producto cuando se la ilumina con luz infrarroja. El análisis del espectro resultante permite determinar el contenido de azúcares de cada unidad sin tener que tomar ninguna como muestra y destruirla para poder analizarla. "Para poder llevar esta tecnología del laboratorio a la industria, desarrollamos un sistema de autodiagnóstico", explica Pilar Barreiro, autora del estudio realizado. Además, este nuevo estudio servirá también en el futuro para garantizar al consumidor la calidad y el sabor de frutas y hortalizas, en un sector cada día más competitivo.