Con el objetivo de mejorar la calidad del tomate, la cooperativa agrícola San Isidro (CASI), la mayor comercializadora de tomate de todo el territorio español, está analizando los principales aspectos que influyen en la pérdida de características de este producto desde que son recolectados y hasta su posterior consumo. La temperatura de las cámaras refrigeradas donde son transportados, junto con el tiempo del viaje son factores claves para conocer la vida útil de esta hortaliza. Este proyecto de investigación se inició a mediados del mes de marzo, y por el momento no se han obtenido resultados definitivos que orienten a la comercializadora sobre que método o temperatura beneficia más al producto. El ensayo se está realizando en un laboratorio post-cosecha de la Universidad de Almería con variedades de tomate suelto y de pera sometidos a tres temperaturas distintas en cámaras de refrigeración. Después de recoger los datos del ensayo se aplicarán métodos estadísticos de comparación que permitan conocer el comportamiento que tiene cada variedad en cada una de las condiciones con el fin de encontrar el método más beneficioso para la conservación del tomate.