El consumo de fruta es recomendable durante todo el año pero aún lo es más en verano. Y es que el contenido de agua de las frutas ronda entre el 75% y el 90% de su peso, por lo que, según los expertos, ayudan a prevenir la deshidratación. Además contienen antioxidantes, vitaminas y fibra. Los antioxidantes combaten el exceso de radicales libres y el envejecimiento. Entre los antioxidantes presentes en la fruta destacan los flavonoides, que ayudan a disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Las frutas aportan asimismo azúcares necesarios como fructosa, glucosa y sacarosa, y son una fuente importante de vitaminas (A y C, que fortalecen el sistema inmunológico) y minerales, como potasio, magnesio, hierro y calcio. También tienen un alto contenido en fibra, que regula el tránsito intestinal, obstaculiza la absorción del colesterol y, además, produce sensación de saciedad.