Las principales potencias comerciales (Australia, Brasil, China, Estados Unidos, India, Japón y la Unión Europea) no consiguieron llegar, tras 9 días de negociación, a un acuerdo sobre cómo y cuánto abrir sus mercados agrícolas e industriales, en cuánto los países ricos debían bajar sus subsidios y qué tipo de protección debía permitirse a los países pobres. El director de la oficina de CCAE en Bruselas, Gabriel Trenzado, ha afirmado en declaraciones que este fracaso no es atribuible al capítulo agrícola sino a otros sectores más fuertes como el industrial o el servicios, y a un defecto de forma debido al bilateralismo de la negociación que se ha ceñido sólo a los "7 grandes". El secretario general de COAG, Miguel López, ha reiterado que este fracaso redunda en beneficio de los consumidores y los agricultores, tanto en seguridad alimentaria como en calidad. Valora el fracaso porque considera que no se puede abogar por el desarrollo de los países pobres con la bandera del liberalismo comercial, que solo beneficia a cuatro grandes multinacionales a costa del modelo de agricultura familiar. Desde UPA, la vicesecretaria general de la organización, Montse Cortiñas, ha destacado que, tal y como estaba planteado el acuerdo, sólo salían beneficiados unos cuantos grandes exportadores de productos agrícolas, como Estados Unidos, Brasil y Australia, a expensas de las pequeñas explotaciones, que son la espina dorsal de las comunidades rurales. Ha añadido que un acuerdo en esas condiciones hubiera significado 30.000 millones de euros de pérdidas en el sector agrícola, en sectores como cereales, carne de vacuno, carne de porcino, carne de ave, leche y productos lácteos, azúcar, arroz, carne de ovino y caprino, frutas y hortalizas, y huevos.