Matiza, no obstante, que esto no significa que se pueda prever un incremento exponencial de las exportaciones españolas en cuanto se produzca la ampliación, pues el mercado está ya abastecido, pero afirma que "es obvio que la supresión de las trabas mejorará el negocio". Añade que un mercado de ochenta millones de consumidores, en el que se prevé una subida apreciable del nivel adquisitivo, representa una importante oportunidad para el sector, que "no cuenta prácticamente con ninguna otra competencia en el contexto de la Unión Europea". Respecto a la obligada actualización, a causa de la ampliación, de los acuerdos preferenciales que la Unión Europea mantiene con países terceros, el informe se centra en el caso de Marruecos, que en la práctica es el único que suministra tomates a los diez nuevos miembros, esto es, el único posible competidor no comunitario. Explica que Marruecos no tiene acuerdos preferenciales con ninguno de los nuevos miembros, por lo que la actualización de su acuerdo agrícola con la UE debería concretarse en un incremento del contingente preferencial actual. Agrega que ese incremento deberá alcanzar, como máximo, los niveles actuales de exportación marroquí, que fueron de 8.479 toneladas en la campaña 1999/2000, 5.015 toneladas en la 2000/2001 y 11.784 toneladas en la 2001/2002. Estas cifras, según el informe, demuestran que "la penetración del tomate marroquí en el conjunto de los países de la ampliación es poco importante y en todo caso errática"; sin embargo, recomienda mantener una estrecha vigilancia del proceso, para que el tomate no sea moneda de cambio con otros sectores.