Los productos de cuarta Gama que se producen en el campo al aire libre se protegen más fácilmente de los fenómenos negativos y tienen más vida útil que los productos que se cultivan dentro de un invernadero. Así lo manifestó en las últimas jornadas celebradas en la Estación Experimental de la Fundación Cajamar María Isabel Gil, Investigadora del Departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos de Murcia. Durante su ponencia, centrada en los productos de cuarta Gama, tecnología y procesado, Gil puso de ejemplo la lechuga como uno de los productos que cambian mucho de invierno a verano, tanto por la luz como por las condiciones climáticas. De este modo, la investigadora explicó que «las lechugas baby, cuando se cultivan en invernadero, se protegen más de las radiaciones solares, pero tienen menos antioxidantes y se empeoran más fácilmente a la hora del corte. Sin embargo, cuando la producción se lleva a cabo al aire libre, ésta aprende antes a defenderse por sí sola de los efectos que se produzcan en el campo, así como, además, en el momento del corte, su vida útil será mucho más larga». Durante las jornadas también se trató el tema de la V Gama, el cual fue expuesto por José Enrique Carreres, jefe del departamento Nuevos Productos del Ainia. Aquí, Carreres comentó el proceso de desarrollo de un producto de estas características, centrándose en los refrigerados como los que más habían crecido en los últimos años, tanto en Estados Unidos como en España.