El Parlamento Europeo (PE) se ha mostrado a favor de las propuestas de la Comisión Europea para modificar la normativa sobre denominaciones de origen, aunque subrayó que hay que mantener normas estrictas para proteger estos productos y diferenciar claramente unos de otros en las etiquetas. Las reformas en cuestión, relativas a los reglamentos sobre denominaciones de origen protegidas (DOP), indicaciones geográficas protegidas (IGP) y especialidades tradicionales garantizadas (ETG) de productos agrícolas, pretenden ajustar la normativa europea a un dictamen de la Organización Mundial de Comercio (OMC) de 2004. En este dictamen, pese a rechazar el grueso de las denuncias de EEUU y Australia contra el régimen europeo, la OMC pedía ciertos ajustes en él para antes de abril de 2006, de forma que suprima formalmente el requisito de "reciprocidad y equivalencia" para registrar productos de países terceros y se permitir a los productores foráneos presentar solicitudes a la UE de forma directa, sin tener que canalizarlas a través de sus respectivos gobiernos.