El Centro de Investigación de Alimentación y Desarrollo (CIAD) de México diseña sensores ópticos que determinan la madurez de los tomates. Es un mecanismo a través del cual se incide sobre el alimento según lo que refleja y se obtiene su caracterización. El funcionamiento de esta tecnología, que emplea sensores ópticos, consiste en incidir luz sobre el alimento, en este caso tomate, aunque también puede aplicarse a otros frutos, y la absorción de luz refleja la caracterización o estado del alimento, pudiéndose predecir el momento óptimo de maduración. De esta forma, los sensores miden un amplio espectro de longitud de ondas, tanto las visibles como las invisibles, mientras que hasta ahora algunos envasadores emplean cámaras convencionales, con una medición más limitada, para la clasificación de los alimentos acorde con estándares de comercialización. No siempre la recolección de tomates se produce en el momento óptimo. En muchas ocasiones se recolectan verdes y se maduran a través de la aplicación de determinados procesos tecnológicos. Por tanto, tras cinco años de investigación la Unidad de Culiacán del centro de Investigación de Alimentación y Desarrollo del estado de Sinaloa, en México ha acabado con este problema. El equipo tecnológico de sensores ópticos se encuentra actualmente en fase de comercialización y el coste económico del mismo asciende a unos 13.000 euros. A nivel internacional existen otras compañías que también emplean la tecnología para comprobar el estado de los alimentos, utilizando infrarrojos para medir la cantidad de azúcar que contienen las frutas. ir a investigación