Los regadíos españoles utilizan un 16,25% menos de agua que hace 15 años, al pasar de una demanda de agua para uso agrario del 80% en 1989 al actual 67%, según los últimos datos de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes. Los 3,3 millones de hectáreas de regadío existentes en nuestro país generan una demanda hídrica de 24.000 hectómetros al año, de los que más de la mitad corresponden a las grandes cuencas del Ebro (26 por ciento), Duero (15 por ciento) y Guadalquivir (13 por ciento). Por el contrario las áreas que demandan menor cantidad de agua son las pertenecientes a los archipiélagos balear y canario, con porcentajes del 1 por ciento, seguidas de las zonas de Galicia, Cataluña y ámbito norte, con porcentajes en torno al 2 por ciento. Respecto al origen del agua utilizada en los regadíos españoles, la Federación Nacional de Comunidades de Regantes estima que el 68 por ciento de la superficie total de riego se abastece con aguas superficiales, mientras que el 28 por ciento se provee de aguas subterráneas y el 4 por ciento restante se refiere a aguas de riego procedentes de trasvases, depuradoras, desalinizadoras y retornos. En España, la cifra de retorno del agua de riego se sitúa en un 20 por ciento del suministro aproximadamente.