Según un informe de la Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO), las aplicaciones agroalimentarias desarrolladas en España suponen el 20% de la actividad biotecnológica del país, sólo por detrás de los desarrollos biotecnológicos para la mejora de la salud. Según este informe, las empresas de biotecnología relacionadas con el sector de la alimentación han incrementado sus alianzas con compañías tradicionales para mejorar la calidad y enriquecer nutritivamente los productos a través de líneas de desarrollo innovadoras. Asimismo, ASEBIO indica que el control alimentario basado en métodos biotecnológicos ha experimentado un importante auge, auspiciado por normas que reconocen la superior eficacia de estos nuevos métodos para garantizar la calidad, el control y el seguimiento estrecho de todos los pasos del proceso de producción (trazabilidad), y la seguridad de los alimentos puestos a disposición de los consumidores. Por otra parte, España ha ingresado en el grupo de los mayores productores europeos y mundiales de cultivos biotecnológicos, que en el mundo han superado los 100 millones de hectáreas y en nuestro país han llegado a las 60.000.