Además las sociedades deben tener reconocido el certificado correspondiente UNE 150 000/102 de aplicación en tomate y el sistema de gestión de la calidad implantado UNE ISO 9001. Los productos aptos para la comercialización bajo esta marca son de primera categoría y extra. También se han establecido los tipos de esta hortaliza a los que se les pondrá el sello, son el tomate redondo liso; asurcado; pera y cherry. Una de las características que exalta uno de los miembro, José Martínez Portero, es «la exacta diferenciación de los productos por su clase». Con ello pretenden mejorar las condiciones del mercado, y ofrecer el tomate por el que se paga y a su justo precio. El máximo responsable de Casur explica que «es importante que «no entren en el mercado tomates que pasen por un tipo perteneciendo a otra clase diferente», por ello es necesario poner normas dentro de las empresas, para que «esto no ocurra». La intención de esta distinción comercial es el dar un valor añadido al agricultor y establecer una mejor defensa de la producción en destino, como afirma Cristobal José Muñoz. director de certificación del Consejo Regulador de la Cañada Níjar. A su juicio «es una forma de rentabilizar las excepcionales propiedades del tomate que cultivamos que posee un mayor contenido de azúcar y ácido que lo hacen único y diferente al resto». Para Cristobal, el cliente que apuesta por sus artículos hortícolas son fundamentalmente «amas de casa que buscan calidad y se dirigen a establecimientos especializados y que no les importa que cuesten algo más». La próxima campaña, desde el Consejo Regulador, estiman que ya podrán comercializar con el sello que especifique que se trata de un tomate con Denominación de Origen. De esta forma concluirá lo que empezó como un proyecto hace aproximadamente tres años para convertirse en toda una realidad.

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