Pero el líquido de lixiviados no se queda en la balsa indefinidamente. Nemesia Martín, una de las responsables de la Planta de Ejido Medioambiente, explicó que este líquido es posteriormente reutilizado para regar los restos vegetales durante la época estival, ya que las altas temperaturas los secan con mucha rapidez. De esta manera, no pierden humedad, ya que ésta, junto con la temperatura son factores muy importantes para que el proceso se realice adecuadamente. Nemesia Martín también explicó que la planta tiene este año bastante stock de abono, lo que significa que «realmente tratamos los residuos». Además, apuntó que toda la zona donde se acumula el material que todavía está verde, estará ya convertido en compost para finales de año. El Ejido es una de las zonas que más residuos agrícolas genera de toda la provincia, ya que sólo en el municipio hay un total de 14.000 hectáreas invernadas. 200.000 toneladas de residuos La Planta de Ejido Medioambiente recibe anualmente unas 200.000 toneladas de residuos agrícolas procedentes de los invernaderos de la zona, que son tratados para convertirse en compost. El compost es una materia que se utiliza como enmienda al suelo de los cultivos hortícolas. El compost se consigue a través de la mezcla de restos de plantas con restos de frutos desechados. El resultado es una sustancia que tiene excelentes resultados para enriquecer los abonos que tradicionalmente se emplean en los cultivos. Según explicó Nemesia Martín, más del 90% de lo que produce la planta se comercializa como abono orgánico para cultivos de invernadero, aunque una buena parte también se destina para el cultivo de plantas ornamentales. Los agricultores se benefician de importantes descuentos al entregar en la planta sus residuos. Ludmilla Ortega