En las épocas de calor el gazpacho, una sopa fría elaborada a base de frescos tomates, pimiento y pepinos, que son las hortalizas reinas del verano, además de aceite de oliva, vinagre y pan, es la receta más adecuada para refrescar una alimentación que en el verano suele ser más ligera y fría. El gazpacho tan mediterráneo y con propiedades nutritivas ya conocidas, ha pasado del mortero de nuestras abuelas a la batidora eléctrica y de hacerse en las cocinas de los hogares a producirlo la industria de la alimentación. Por ello, hoy en día podemos encontrar gazpacho refrigerado en los lineales de cualquier supermercado, en las cartas de los restaurantes más distinguidos, y hasta en los menús más americanos de los establecimientos de comida rápida junto a una gran hamburguesa. Una de las razones puede ser por sus principales ingredientes, que han elevado su precio notablemente este año debido a la mala cosecha, mermada por las heladas. Según datos del Ministerio de Comercio, los pimientos verdes acumulan ya una subida interanual del 1,26 por ciento, y los tomates, de un 11 por ciento. De esta manera, hacer este verano en casa un gazpacho para cuatro personas supondría al menos 2,50 euros, sin contar con el gasto de luz, agua, infraestructura, el tiempo y la mano de obra del cocinero. Sin embargo, por 1,60 euros se puede acceder a un litro de gazpacho refrigerado en cualquier supermercado, y aunque las marcas prometen el mismo sabor que el casero, algunas no lo consiguen ni siquiera en el color, que está más cerca del zumo de tomate, con sabor avinagrado, que del rosado gazpacho. .