La localización geográfica de los nuevos socios, junto con el más que probable crecimiento de renta y riqueza de sus habitantes, ha abierto, por tanto, nuevas posibilidades de mercado para las empresas andaluzas, sobre todo en sectores como el agroalimentario -y, con mayor incidencia, en productos como las frutas y hortalizas, el aceite de oliva y la aceituna de mesa-, en los que la posición de mercado de Andalucía es especialmente sólida, dado que, por razones climatológicas, estos países no disponen de oferta propia de esos productos o son complementarios en producciones y calendario. Pero también en otros muchos sectores como el de bienes de equipo o el de materiales de construcción. Lo mismo cabe decir respecto al ámbito turístico en una doble vertiente. Por un lado, como destino de las inversiones de empresas andaluzas en los 10 nuevos miembros, en los que el sector turístico muestra en algunos casos un desarrollo incipiente. Y por otro, como receptora de visitantes, ya que la conjunción de uno de los patrimonios históricos y monumentales más ricos y variados del mundo, con las propuestas de ‘sol y playa’, hace que Andalucía sea un punto de destino especialmente atractivo para los ciudadanos de estos países. El Plan Estratégico para la Internacionalización de la Economía Andaluza 2003-2006, que desarrolla la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda) -dependiente de la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte-, tiene un presupuesto global de 63,8 millones de euros y sus tres objetivos básicos se sintetizan en una frase: más empresas de más sectores en más mercados. Esta diversificación se refiere no sólo a la comercialización de productos, sino también al desarrollo de la inversión andaluza en el extranjero y al impulso de nuevas fórmulas de financiación.