En cuanto a la inversión necesaria en una explotación de agricultura ecológica, según la tesis doctoral del profesor Juan Evangelista Trinidad Segovia, profesor de Finanzas de la Universidad de Almería, destaca que siempre que «la inversión inicial no supere los ciento doce mil euros, las expectativas de rentabilidad de este plan de cultivos son muy elevadas, tan solo si el desembolso supera los ciento cincuenta y cinco mil euros, las expectativas de rentabilidad estarán comprometidas». Según Trinidad Segovia, el establecimiento de este tipo de empresas es «financieramente rentable», ya que la suma del desembolso máximo para que dejara de ser rentable es «enormemente alta». Uno de los principales riesgos para el desarrollo de la agricultura ecológica es según el profesor de la Ual, la adquisición de terrenos. En el caso de que no sea necesaria la adquisición de superficie para llevarla a cabo, porque ya se cuente con ella, «la rentabilidad está garantizada». Evolución Almería encabeza en la actualidad la producción ecológica hortícola, de cereales, cítricos y frutos secos de Andalucía. En menos de siete años la provincia ha registrado un aumento en el número de hectáreas destinadas al cultivo de forma ecológica, llegándose a duplicar los cultivos. Según los datos aportados por el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica (CCAE), en el año 1998 existían un total de siete mil trescientas hectáreas bajo métodos de producción ecológicos y en la actualidad la superficie de cultivo ecológico ronda las diecisiete mil hectáreas. Más de la mitad de la superficie se encuentra en el interior de la provincia de Almería fundamentalmente en la comarca de Los Vélez, seguida del Alto Almanzora y Campo de Níjar. En cuanto al tipo de cultivos, en la zona de interior destacan los frutos secos (almendros), cítricos (naranjas y limones) y en el Campo de Níjar las hortalizas. En cuanto a la creación de empresas ecológicas en el ámbito agrícola las expectativas en la provincia son altas, según apunta Trinidad Segovia, «ya que ahora estamos en una dinámica donde los mercados del Arco Mediterráneo o de países más orientales como es el caso de China, están ejerciendo una importante competencia a la agricultura almeriense». Ventajas En este marco de competencia, la agricultura ecológica se convierte en un importante elemento diferenciador de los productos procedentes de terceros países. La calidad es la característica más demanda por los consumidores en los mercados europeos, sobre todo en países como Suiza, Inglaterra o Austria. Es en estos mercados los consumidores apuestan por pagar más a cambio de poder tener garantía de que los productos que consumen están libres de residuos y son totalmente sanos. Para fomentar la puesta en marcha de la agricultura ecológica el profesor de la Ual, Juan Evangelista Trinidad Segovia afirma que es necesaria una mayor concienciación de los agricultores. Uno de los principales problemas que existen para su desarrollo, es su consideración de que ésta es una agricultura minoritaria asociada a un determinado tipo de vida, que tiene salida en los mercados extranjeros, pero no en el interior. «Creo que hay que hacerle ver que existe un mercado donde este producto se vende a un mejor precio y esto le supondría un aumento de su calidad de vida y más aún con el futuro que espera debido a las aplicaciones de la PAC, que supondrán un recorte de las ayudas destinadas a la agricultura». Por todo esto, el profesor Trinidad Segovia, aboga por una agricultura sostenible puesto que supondría funcionar sin ayudas comunitarias. La diferencia de precios «es abismal y hablamos de una diferencia del 200 y 300 por ciento en productos que llevan una elaboración mayor». Hay que tener en cuenta la tradición de agricultura intensiva establecida en la provincia de Almería, pero no ayuda mucho al desarrollo de la sostenible, pero que ahora se enfrenta a retos muy importantes como es la competencia de países terceros y que «evidentemente plantearan dudas sobre la sostenibilidad futura del sector, por lo que la agricultura ecológica es una forma de competir en calidad y precio y no en costes». Trini Carpintero/ M Carmen Cerezuela