No todas las empresas tienen capacidad económica y humana suficiente para contar con sus propios laboratorios de investigación. Sin embargo, los nuevos tiempos exigen la constante incorporación de nuevas tecnologías para no quedarse atrás en un mercado globalizado. Para acercar las capacidades científicas y los logros tecnológicos a todos los sectores socio-económicos existe la denominada ''transferencia tecnológica''. La transferencia de tecnología desde el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria (INIA) se desarrolla a partir de la realización de proyectos de I+D en colaboración con entidades privadas (empresas, cooperativas, asociaciones, etcétera) amparados en convenios o contratos. Según explica el jefe del Departamento de Transferencia Tecnológica, Jose Antonio Durbán, durante el año 2004 el INIA ha sucrito 51 convenios y contratos, de los que 39 (76 por ciento) se refieren a colaboraciones en las que participa alguna entidad privada, aportando medios. Además, Durbán afirma que ''el compromiso de la empresa, en esta modalidad de colaboración, influye de manera decisiva en la eficacia de la transferencia tecnológica, obteniéndose resultados asimilables por la entidad y útiles para los intereses económicos de la misma''. Uno de los ejemplos más significativos es lucha biológica contra las plagas.