La agricultura moderna intensiva en la provincia de Almería podría considerar su zona cero hace aproximadamente 50 años, cuando la Dirección General de colonización dió un préstamo de un millón de pesetas para enarenar 20 hectáreas en el municipio de Roquetas. Antes de esto, lo único que permitía la tierra del poniente almeriense era cebada, alfalfa, remolacha y algodón. En la actualidad hablamos de 30.000 hectáreas de cultivo de regadío. El último paso, hasta el momento, es el cultivo hidropónico que ha dejado de ser una tecnología del futuro. En la actualidad, éste tipo de cultivo supone un total de 5.500 hectáreas en toda la provincia de Almería, según fuentes de La Junta de Andalucía. A menudo, cuando se habla de cultivo hidropónico, los interlocutores no expresan ningún tipo de reconocimiento y cuando descubren que se trata de un cultivo directo en el agua, sin tierra y por añadidura en plástico, el escepticismo o la desaprobación se apodera de ellos. Nada más lejos de la realidad. Ésta forma de cultivar representa uno de los desarrollos más sensacionales de los últimos años. Por otra parte, ya tiene un auge formidable en Australia, Canadá, estados Unidos, Holanda e Israel, por citar algunos de los países más conocidos. La palabra hidropónico procede del griego y etimológicamente significa trabajo con agua. En éste tipo de cultivo las plantas viven por encima del agua y sus raíces están sustentadas por un fibrado de coco o por una especie de poliéster parecido a la lana.