El Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística lidera el proyecto europeo Nafispack que permitirá desarrollar envases activos microbianos e inteligentes que eviten, reduzcan y detecten el deterioro de los alimentos frescos. El proyecto cuenta con 17 participantes, 9 de ellos universidades y centros tecnológicos y 8 empresas de toda Europa, y cuenta con un presupuesto de 3 millones de euros. Según los investigadores del proyecto dos de las principales condiciones por las que los consumidores eligen un producto son su frescura y, por supuesto, su calidad. La vista, antes, y el gusto, después, condicionan la elección. Los alimentos están expuestos a la acción de factores físico-químicos y microbiológicos externos, tales como la luz, el oxígeno, la humedad, y microorganismos que pueden influir negativamente sobre la calidad y seguridad del producto y con el tiempo conducen inevitablemente a su pérdida, señalan los investigadores. Para éstos, los envase tiene como función minimizar la acción de estos agentes, interponiéndose entre el alimento y su entorno. A juicio de los científicos los alimentos frescos son los más sensibles en este sentido, y como respuesta a la necesidad del mercado de alargar su vida útil surge el proyecto Nafispack, liderado por ITENE, perteneciente a la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana. Su objetivo es desarrollar nuevos materiales de envase que permitan a los productos frescos evitar, reducir y detectar el crecimiento de patógenos responsables de que se deterioren, señalan los investigadores.