Los ciudadanos europeos consideran que la agricultura y las zonas rurales seguirán desempeñando una función principal en la UE, concretamente el 88 por ciento afirma que son asuntos clave para el futuro de Europa. Así se desprende de una nueva encuesta, publicada ayer por la Comisión Europea, en la que se analizan las actitudes de los ciudadanos de la UE en relación con la agricultura y la Política Agrícola Común. La encuesta, realizada por TNS Opinion en nombre de la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea, se llevó a cabo entre el 17 de noviembre y el 19 de diciembre de 2006. Los datos reflejan que una “abrumadora” mayoría de ciudadanos europeos respalda el principio de condicionalidad, por el que las ayudas de los agricultores pueden reducirse en caso de incumplimiento de las normas sobre medio ambiente, bienestar animal o seguridad alimentaria. Concretamente, ocho de cada 10 personas respaldan esas medidas y entre el 83 y el 86 por ciento de los encuestados las consideran justificadas dependiendo de las normas específicas en cuestión. Además, los ciudadanos han mostrado su conformidad con las modificaciones introducidas en el modo en que los agricultores reciben las ayudas. El 49 por ciento opina que es positivo proporcionar más financiación para el desarrollo rural y pagar directamente a los agricultores en lugar de subvencionar sus productos, mientras que el 11 por ciento piensa lo contrario.