Los expertos aplican varias "terapias", una de ellas la termoterapia, que consiste en que el fruto afectado se somete a un baño en agua caliente mezclado con bicarbonato potásico y sódico y metabisulfito sódico para controlar el desarrollo del patógeno. Asimismo usan las técnicas de rayos ultravioleta, en donde se expone al fruto a pequeñas dosis de radiación y se controla a través del laboratorio la velocidad y la intensidad de la radiación para destruir los microorganismos que haya en la parte externa del fruto. Estos dos tratamientos, tanto el de rayos UV como la termoterapia pueden combinarse, y complementarse con la desverdización, que según Carlos Mª Weiland, “es adecuado para las naranjas y mandarinas tempranas que, aunque externamente se encuentran verdes, en su interior están maduras. Éstas se introducen en cámaras frigoríficas con etileno y así se les cambia el color”. Este proyecto se va a desarrollar en distintas plantaciones, tanto en sierra como cercanas al mar, para poder controlar donde es más frecuente el desarrollo de los hongos, si en cítricos que proceden de la costa o en plantaciones que están a cierta altura. En este apartado se determinarán posibles causas que motivan que en unas zonas exista más o menos predisposición a estas enfermedades, en comparación a otras zonas de cultivo.