Lombrices para fertilizar suelos agrícolas

El grupo de investigación 'Relaciones Planta-Suelo' de la Estación Experimental del Zaidín (CSIC) en Granada ha desarrollado una técnica de utilización de vermicompostaje para biodegradar alperujo, uno de los residuos procedentes del proceso de obtención del aceite. El proceso consiste en la aplicación de lombrices a la materia orgánica para obtener un abono o vermicompost de bajo coste económico destinado a fertilizar los suelos degradados. Los expertos del centro granadino utilizan residuos agroindustriales procedentes de la obtención del vino, así como lodos provenientes de depuradoras urbanas y agroindustriales. Sin embargo, debido a la importancia de la producción oleícola en Andalucía sus principales hallazgos se centran en el tratamiento de residuos que se obtienen del procesamiento de la aceituna. En concreto del alperujo, un compuesto del que se llegan a producir en Andalucía cuatro millones de toneladas en cada campaña, ya que de cada cien kilogramos de aceitunas, ochenta se convierten en este residuo fitototóxico. El proceso consiste en inocular las lombrices al material y, al cabo del tiempo, estos animales lo degradan convirtiéndolo en una enmienda orgánica aplicable al suelo, que además lo protege. No hay ningún secreto en el mecanismo de conversión. La lombriz ingiere el residuo que pasa por su tracto intestinal donde la microbiota degrada la materia orgánica y la convierte en el denominado cast. Este producto, junto con la actividad microbiana externa al gusano, se transforma en la enmienda orgánica o abono denominado vermicompost. La rapidez de la descomposición depende de la cantidad de residuos pero, según comenta el responsable de la investigación, cinco kilos de lombrices tardarán unos tres meses en convertir cien kilos de alperujo en abono. La principal ventaja del proceso de vermicompostaje para la recuperación de suelos contaminados o degradados es su bajo coste y fácil accesibilidad. Además de las bondades económicas, esta enmienda orgánica aumenta la fertilidad del terreno de cultivo en los sistemas de producción agrícola convencional, integrado y ecológico.

Por otra parte, el abono orgánico favorece la retención de los plaguicidas en el suelo, que reduciría su entrada a las aguas subterráneas. También descontamina aquellos terrenos cultivables afectados por compuestos orgánicos, como los hidrocarburos alifáticos clorados procedentes de ciertos procesos industriales. Uno de los beneficios de esta enmienda guarda relación con su función fijadora de metales pesados, que impide el paso de estos contaminantes a los cultivos. Otra aplicación del producto obtenido por el procesamiento de residuos mediante las lombrices, consiste en su uso como biofungicida, es decir, para el tratamiento de los hongos que afectan a las raíces de los cultivos pudriéndolas. La idea de convertir residuos en abono surgió en 1995 durante una colaboración del grupo de investigación 'Relaciones Planta-Suelo' y la Universidad de Vigo. Comenzaron con el desarrollo de procesos de vermicompostaje con lodos de celulosas y aquellos procedentes de las centrales lácteas. El caso gallego se tradujo en Andalucía a técnicas para el tratamiento de alperujo. Los estudios futuros de este equipo de investigadores pasan por la obtención de enmiendas orgánicas mediante procesos de vermicompostaje a partir de residuos obtenidos en los invernaderos, de gran toxicidad debido a su concentración de pesticidas. Por otra parte, los científicos de la Estación Experimental del Zaidín analizarán cómo afecta la aplicación de estos abonos a la biodiversidad microbiana de los suelos. Éste resulta un parámetro fundamental a la hora de determinar la calidad del terreno fértil. Todos estos esfuerzos tienen como objetivo proteger el suelo de la erosión, así como la degradación física, química y biológica. “El suelo se convierte en el mejor legado que podemos dejar a las generaciones futuras. Si no protegemos este recurso natural no renovable nuestros descendientes van a tener problemas para cultivar”, advierte Nogales.