La Comisión Europea (CE), las industrias alimentarias y los distribuidores minoristas concluyeron ayer unas jornadas sobre el futuro de la alimentación, en la que constataron que es necesario incrementar la investigación para conseguir productos más seguros y atractivos. El objetivo de la conferencia ha sido analizar las perspectivas sobre la producción de alimentos y cómo será en 2030.La comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, manifestó que entre los retos destaca la calidad, pues el productor debe obtener lo que demanda el mercado y existe un potencial importante dentro y fuera de la UE, en mercados como India donde la clase media aumenta en varios millones de personas anualmente. Apuntó que hoy en día se pueden encontrar en los supermercados, por ejemplo, una botella de litro y medio de zumo a 1,5 euros y al lado, un envase más pequeño a un precio de 3,5 euros, "señal de que mucha gente compra lo más caro". Añadió que es necesario investigar más en estrategias para prevenir la obesidad, así como para incrementar la calidad de la carne o de los piensos. El público "demanda cada vez más conocer la historia del productor, los costes ambientales, así como si se ha obtenido respetando el bienestar animal y condiciones laborales adecuadas". Aludió a avances tecnológicos de los últimos años, según los cuales ya es una realidad, por ejemplo, controlar desde un ordenador toda la explotación agrícola y echar fertilizantes sólo en zonas puntuales, para "reducir la presión ambiental".