Andrés Góngora, secretario provincial de Coag, considera que, al igual que ocurre con la contaminación en países centroeuropeos con la emisión de dióxido de carbono producido por la necesidad de aumentar el calor de los invernaderos para aumentar sus producciones, estos países «contaminan más que los agricultores almerienses». En este sentido, añade el responsable de la organización que se demuestra que «aquí se hace un uso racional de la fertilización mediante una programación de las aplicaciones recomendada en todo momento por técnicos cualificados». Además, explica que se le da una especial importancia a la fertilización nitrogenada, por lo que durante la fertirrigación siempre se controlan las dosis de riego y concentración de fertilizante, sólo se aplica en determinados momentos según el cultivo y se respetan las distancias de seguridad con cursos de agua y pozos, entre otras medidas de precaución. La Directiva Marco Europea para el Agua señala la necesidad de que todos los Estados Miembros tomen medidas oportunas de prevención contra el deterioro de los recursos acuíferos. Para conseguir esta premisa, es necesario que se produzca una reducción de la contaminación por nutrientes generada por las actividades agrícolas que afectarían a las aguas subterráneas. Según explica la Comisión Europea en el informe realizado, para poder hacer efectivo el control de los nutrientes contaminantes se hizo necesario el análisis del estado actual y de los posibles escenarios del futuro al respecto, con el fin de desarrollar medidas eficientes de control. Toda esta información recopilada en el estudio permitirá mejorar la aplicación de la normativa que ya está en vigor y frenar de esta manera el deterioro del suelo en determinadas zonas productoras.