En la UE, el número de líneas de banda ancha se ha cuadriplicado en los últimos 3 años y está a punto de alcanzarse la cifra de 60 millones. No obstante, hay dos problemas que, a juicio de Reding, exigen respuestas políticas. En primer lugar, la falta de acceso de banda ancha en las áreas rurales y poco desarrolladas. En enero de 2005, la banda ancha llegaba al 90% de los hogares en las zonas urbanas, pero sólo al 62% en las rurales. El 13% de la población de los antiguos 15 Estados miembros se encuentra en zonas fuera de cobertura. Además, las tasas de penetración europeas están por detrás de las de los líderes mundiales. Estados Unidos tiene una penetración del 14,5%, Corea del Sur del 25,5%, mientras que la UE está en el 11,5%. Algunos Estados miembros -Países Bajos, Finlandia, Dinamarca, Bélgica y Suecia-superan el 20%. Pero otros están por debajo del 10%, como Grecia, Irlanda, Italia, Portugal y todos los países de la ampliación salvo Estonia. España se encuentra ligeramente por encima de la media, en el 10,5%. Incluso la mayor economía de la UE, Alemania, se encuentra en torno a la media. La comisaria de Competencia recordó que, de acuerdo con el marco legislativo para las comunicaciones electrónicas, los reguladores nacionales pueden obligar a las empresas dominantes a que permitan un acceso razonable a sus redes a los rivales. Asimismo, recordó que el Ejecutivo comunitario ha expedientado a varios operadores históricos, entre ellos Telefónica, por abuso de posición dominante, y en algunos casos (Wanadoo y Deutsche Telekom) incluso se finalizado el expediente. Por lo que se refiere a las ayudas estatales, Kroes reconoció que en las regiones rurales y periféricas existe el "riesgo" de que el despliegue de banda ancha se vea obstaculizado por "deficiencias del mercado" ya que a las empresas privadas no les resulta rentable invertir. En estos casos, el Ejecutivo comunitario aceptaría ayudas públicas "muy específicas", por ejemplo para crear asociaciones con participación pública y privada en la construcción de redes abiertas. Bruselas ya ha aprobado subvenciones para la banda ancha en regiones rurales en España, Reino Unido, Francia, Austria e Irlanda. No obstante, Kroes subrayó que los subsidios estatales no constituyen una "solución milagrosa" y deben concentrarse donde haya fallos de mercado o en áreas rurales y remotas donde no haya operadores privados dispuestos a prestar el servicio. "Debemos garantizar que tales ayudas no impidan la iniciativa, ni falseen la competencia hasta el punto de menoscabar el interés común". La responsable de Política Regional destacó que la banda ancha "no es un lujo, sino una necesidad" y puede contribuir a reforzar la cohesión social. Hübner dijo que las regiones Objetivo 1 de la política de cohesión de la UE pueden invertir parte de las ayudas en la banda ancha, y también las más ricas del Objetivo 2, aunque éstas últimas en acciones más limitadas como conexión de las pequeñas y medianas empresas (pymes) o formación de los trabajadores para usar nuevas tecnologías. Finalmente, Fischer Boel recordó que el Fondo de Desarrollo Rural de la UE cuenta con un presupuesto de 70.000 millones de euros para el periodo 2007-2013 y lanzó un llamamiento a los Estados miembros para que exploten el potencial de estos fondos para promover la banda ancha en las comunidades rurales. Apuntó que el 90% del territorio de la UE es rural y que la mitad de la población comunitaria vive en él. El sector agrícola está "retrasado" a la hora de adoptar las nuevas tecnologías, especialmente en los pequeños negocios, pese a representar el 14% de la producción manufacturera. Por ello defendió que se potencie su uso en las granjas para "estrategias de marketing y financieras" y también en el turismo rural.