La importante actividad agrícola de Almería ha estado marcada por la dependencia y utilización del agua, que en un principio fue exagerada pero que gracias a las continuas investigaciones se consiguió hacer un uso del agua eficiente a través de sistemas de regadío por goteo que consiguieron ahorrar mucho agua. A pesar de los continuos esfuerzos por ahorrar, el poniente almeriense fue declarado sobreexplotado por la Administración Pública mediante el Real Decreto 2618 de veinticuatro de diciembre de 1986. Para intentar mejorar la situación de las aguas subterráneas de Almería el equipo de expertos coordinado por el Catedrático de Hidrogeología de la Universidad de Almería, Antonio Pulido Bosch, realizó dos proyectos de investigación financiados por Cajamar de los cuales se desprende según expuso ayer el profesor Pulido Bosch durante el curso de verano ‘Los problemas del agua y sus posibles soluciones’, que la recarga de los acuíferos de la Sierra de Gádor y el poniente almeriense es susceptible de ser aumentada y además las graveras y zanjas contribuyen a que ésta sea eficiente y a la vez, se reducen los riesgos de avenidas. Lo que se pretende es conocer el proceso de recarga y como se alimentan los acuíferos, pro este motivo los expertos emprendieron acciones encaminadas a aumentar la calidad y cantidad de agua a través de la infiltración. Se instaló tres estaciones de aforo una en zona impermeable, mixta y permeable, en las que se evaluó la recarga artificial y los elementos en los que se pueden hacer las recargas como fueron en diques, graveras abandonadas y huecos mineros. Con todo esto se determinó que la escorrentía infiltrable en un año de lluvia sería de un veintinueve por ciento, y al hacer zanjas y balsas adicionales se podría llegar a disponer de treinta y ocho hectómetros cúbicos en año de lluvia, veinte en año medio y nueve en año seco. Del mismo modo, también se constató un descenso de los niveles del agua y una degradación de la calidad de la misma.